Sunday, September 30, 2007

El Negro Blanco de José Madera

Breve reseña de Nita Adames -CDP-

El Negro Blanco es la 3ra novela escrita por José Madera. Es una ficción alimentada por hechos verídicos, una narrativa de enfoque documental, acerca del controversial personaje de Enrique Blanco. Fue escrita a propósito del primer centenario de su nacimiento, acaecido el 14 de enero de 1907.

La obra de 144 páginas fue impresa por la Editora El Nuevo Diario en enero del 2007.
Dada la escasa bibliografía disponible acerca de su personaje, José Madera, periodista y escritor desea aportar con esta novela datos que permitan a la sociedad dominicana formarse un criterio más completo acerca de quien fue Enrique Blanco.

Paralelo al desarrollo del personaje de Enrique Blanco el autor va representando en la obra las estructuras social, político-militar y económica existentes en la joven república, dominada por las luchas caudillistas y la fuerte influencia de la Iglesia en el estado.

Eran los tiempos de los Bolos, bando representado por Juan Isidro Jiménez, y los Rabuses, liderados por Horacio Vásquez.

Estos grupos políticos tenían una estructura organizacional muy frágil y las líneas divisorias entre los grupos eran difusas. Tanto líderes como seguidores se pasaban fácilmente y sin avisar de un bando a otro. Con claridad y detalles el autor describe el carácter los conflictos entre esos sectores.

-Esos pleitos y revoluciones de la gente de Horacio y Juan Isidro tiene al país acabado…
- Yo si que no entiendo ese lío entre los bolos y los rabuses… No se porque unas veces un general es “bolo” y otras veces también es “rabú.

-Esos pleitos no los entienden ni ellos mismo, compadre. De una cosa si tenemos que estar seguros: esos pleitos son a causa de dinero…

Se delinea también en la novela la amenaza del nuevo dominio colonial que representaba para la emancipada república Estados Unidos. Teniendo ya bajo su tutela a Puerto Rico y a la Bahía de Guantánamo en Cuba, insistía en manejar las finanzas del país y controlar las aduanas.

-Dicen que los americanos están amenazando con meterse.
-Ya cogieron las aduanas, dizque para cobrarse lo que les deben…
-Doloroso que después de haber peleado por la independencia tengamos otro país gobernándonos…

La obra, escrita en lenguaje sencillo, utiliza a veces giros coloquiales y localismos y recurre al dialogo para ilustrar mejor las relaciones existentes en la convulsionada época.
En cuanto al personaje, el autor planta el mito de su inmortalidad en el mismo umbral del texto que el lector ha de transitar.

- ¡Cuidao si ei cadave no ta mueito!
Son las dudas del incrédulo y temeroso grupo que ha ido a verificar la muerte de Enrique Blanco. Dudas que no se disipan, o talvez si, como confirman los aterrorizados gritos.

- ¡Esta vivo! ¡Esta vivo! ¡Enrique Blanco esta vivo! ¡Corran!
Y así entra Enrique Blanco a la vida en la novela, entroncando a la duda de su muerte el grito de la partera que anuncia su nacimiento.

- ¡Esta vivo comadre! ¡Es un varón!
- Pónganle el nombre de Rafael… Rafael Enrique Blanco Sosa.

Es el 8vo de los hijos que procreara la pareja de campesinos Don Gengo y Doña Chicha. La familia vive en el paraje de Don Pedro en la provincia de Salcedo. Junto a otros poblados aledaños, como El Cantón de Peña y Licey, constituirá el escenario geográfico principal de la obra. Aunque el contexto se traslade en ocasiones a otros puntos de la isla donde diferentes acontecimientos cobran relevancia para la trama.
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Wednesday, September 19, 2007

Nuevo Portal de literatura de la República Dominicana

Servicios Google

Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
La literatura y las letras dominicanas centrarán una nueva sección de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (www.cervantesvirtual.com), que se desarrolla bajo la tutela de la Fundación que lleva su mismo nombre y que preside el escritor Mario Vargas Llosa.

La iniciativa se recoge en el acuerdo que han firmado José Rafael Lantigua, secretario de Estado de Cultura de la República Dominicana, e Ignacio Jiménez Raneda, vicepresidente de la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y rector de la Universidad de Alicante.

Los trabajos, que se desarrollarán en distintas etapas, se iniciarán con la digitalización de varias obras de autores clásicos de la República Dominicana, como Los Humildes, del poeta Federico Bermúdez y Ortega; Baní O Engracia y Antoñita, de Gregorio Francisco Billini; La Sangre: Una Vida Bajo La Tiranía, de Tulio Manuel Cestero; Soledad, de Gastón Fernando Deligne; Enriquillo, de Manuel de Jesús Galván, y las obras Rufinito, Alma Dominicana y Guanuma, de Federico García Godoy.

En esta primera fase, el portal incluirá también una antología poética de Salomé, y las obras completas de Fabio Fiallo. En etapas posteriores se irán añadiendo nuevos títulos, siguiendo las propuestas de la Secretaría de Estado de Cultura de la República Dominicana.

La Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
Es una institución sin ánimo de lucro que desarrolla un ambicioso proyecto de digitalización a través de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. El objetivo es hacer de la Cervantes una herramienta para la enseñanza de las humanidades y para la difusión de las letras iberoamericanas mediante la aplicación de las nuevas tecnologías. Su acceso es libre a través de Internet.

Presenta más de 26.000 registros bibliográficos, que la convierten en el portal de referencia internacional de las letras hispánicas. Se creó en 1999 por iniciativa de la Universidad de Alicante, Banco Santander y la Fundación Marcelino Botín, y desde entonces ha servido más de 460 millones de archivos

Puedes ver más información en el portal de CULTURA Y EXTENSIÓN UNIVERSITARIA

Laura Restrepo, Premio Nacional de Literatura en Colombia

Servicios Google/El Mercurio, Chile

La escritora Laura Restrepo (Bogotá, 1950) ha sido galardonada con el VI Premio Nacional de Literatura de Colombia concedido por la Revista Libros & Letras.

Restrepo es politóloga, periodista y narradora. Jugó un importante rol en los procesos de negociación con la guerrilla durante los años 80, lo cual, de paso, le supuso un exilo forzoso de su país, al cual solo sólo regreso cuando el movimiento M-19 fue políticamente legalizado.

Esta experiencia y la preocupación permanente por la vida política y la búsqueda de la paz en Colombia han marcado de una manera muy clara la novelística de Restrepo, quien cuenta entre sus obras: Historia de un entusiasmo (1986), La isla de la pasión (1989), Leopardo al sol (1993), Dulce compañía (1995, premios Sor Juana Inés de la Cruz y Premio de la Crítica Francesa Prix France Cultura), La novia oscura (1999), La multitud errante (2001), Olor a Rosas Invisibles (2002) y Delirio (2004, Premio Alfaguara).

El Premio Nacional de Literatura se concede por votación del público desde el año 2002. En el caso de Restrepo es concedida por toda la obra novelística y también se dieron dos premios adicionales: uno de prosa de no ficción al escritor Héctor Abad Facciolince por su libro El olvido que seremos y otro de ficción a Juan Gabriel Vásquez por Historia secreta de Costaguana.
Los anteriores ganadores fueron: Germán Espinosa. David Sánchez Juliao (2003), Manuel Zapata Olivella (2004), Rafael Humberto Moreno Durán (2005) y William Ospina (2006).

Una ventana a la literatura de Brasil

Servicios Google/Clarin.com, Argentina

En la Mercearia San Pedro, un bar-librería del barrio bohemio de San Pablo, cuelgan libros de la editorial Eloísa Cartonera y en los estantes se ven ejemplares de O silencieiro, de Antonio Di Benedetto, y Dinhero Quemado, de Ricardo Piglia, uno de los autores argentinos más leídos de Brasil. En una de las mesas, Marcelino Freire y Joca Reiners Terron beben cerveza y hablan de literatura. Son escritores nacidos a fines de los años sesenta y forman parte de la nueva generación de autores brasileños, que de a poco comienza a leerse en la Argentina.

¿Por qué, mientras Caetano Veloso llena estadios, no hay un interés sólido por la literatura brasileña? "No sólo existe una proximidad fatal de las dos culturas sino que hay, sobre todo, una enorme tradición literaria en el Brasil que no podemos desatender", escribe Cristian De Nápoli en el prólogo al libro Terriblemente felices (Emecé), una selección de los cuentos y relatos de la narrativa brasileña actual. Allí participan Reiners Terron, Freire y también otros destacados como Sergio Sant' Anna y Luiz Ruffato. Este libro se suma a los lanzamientos de Manos de caballo (Interzona), de Daniel Galera y Dos hermanos (Beatriz Viterbo), de Milton Hatoum, quien junto a Galera y Ruffato están en Buenos Aires, en el mes cultural del Brasil, para presentar los libros mañana, a las 19, en la Funceb (Esmeralda, 969).

Milton Hatoum entiende que el idioma sea una dificultad para ambos países, pero no un problema: "A veces no sé si Brasil es una isla o la isla es la Argentina. Porque hablamos un perfecto portuñol. Se habla mucho de integración, pero creo que los libros hacen el diálogo entre las culturas". El gran tema de su novela Dos hermanos es la búsqueda de la identidad. Y el autor entiende que los orígenes son plurales. No así el origen de su libro, que estuvo marcado por Esaú y Jacob (1904), de Machado de Assís, un autor que considera inspirador para los escritores contemporáneos. "En la actualidad hay voces, estilos y autores que intentan encontrar su voz narrativa", dice Hatoum.

Uno de ellos, sin duda, es Daniel Galera, que con una prosa vertiginosa, minuciosa y urbana recrea la ciudad donde nació, Porto Alegre. "Intenté convertir a la ciudad en una especie de mapa geográfico de la psicología del personaje", explica Galera. Y el mayor desafío de su generación, dice, fue conseguir destacar en una escena superpoblada.

La narrativa de Luiz Ruffato también plantea el tema de la identidad. Su condición de hijo de agricultores sin tierra determinó sus preocupaciones como escritor. Cuando comenzó a escribir se sorprendió al no encontrar personajes proletarios en la historia de la literatura de su país, pródiga en representar a la elite. Dice por e-mail: "Conocía bastante bien los deseos y ambiciones de la clase media baja, siempre desplazada, rostros anónimos que caminan por las ciudades soñando una vida mejor. Ese es mi universo".

Hay un "universo a mi alrededor" canta Marisa Monte. Y sí, la música es lo que más se conoce del otro lado de la frontera.

Vargas Llosa: la literatura no tiene una influencia política directa en el lector

Servicios Google/Andina, Perú

El escritor peruano Mario Vargas Llosa, sostuvo hoy que la literatura no tiene una influencia política directa, sino que se produce "a través de la conciencia sensible de cada lector".

Señaló que no ha renunciado a la idea de que la literatura pueda influenciar en la sociedad, además de detallar que "las palabras son actos, decía Sartre, las palabras dejan secuelas", por lo tanto "el escritor tiene una responsabilidad moral".

Vargas Llosa cree que la literatura cumple una función en la sociedad, pero no de la misma forma que antes cuando se hablaba de "literatura comprometida", expresó en el anfiteatro de la Universidad de Reims, antes de recibir el doctorado honoris causa.

"Aprendí que no debía sentir vergüenza de mi oficio de escritor. Mis libros no sólo debían enriquecer la vida del lector sino que también debían servir de armas para combatir la injusticia o la falta de libertad", agregó.

Además agregó que tanto su primer libro de relatos, Los jefes, y su primera novela, La ciudad y los perros, siguen el pensamiento de Sartre, sin embargo en La casa verde se alejó de esa literatura comprometida para experimentar con otras formas de narración.

"También dejé de lado la falta de humor, algo que me había contagiado Sartre. El autor de La náusea es muy inteligente, pero en las miles de páginas de sus libros los personajes jamás sonríen."


Fue en un viaje que hizo a la Amazonía cuando le contaron la historia que originaría Pantaleón y las visitadoras. "Ahí interviene el humor por primera vez. Me di cuenta que para ser convincente tenía que dejar brotar el humor, la ironía", añadió.

Tuesday, September 18, 2007

Investigar la verdadera clonación humana depende del dinero y la moral que tanga cada uno.

Por: Andy Salas

Para llegar a Dolly, la oveja escocesa más mimada y más famosa que dio la ciencia, se necesitaron más de 200 embriones. En realidad, se clonaron 227 células, de las cuales sólo 29 estaban en condiciones de poder ser implantadas en el útero de las madres adoptivas. Sólo en un caso el embarazo llegó al final. Pero no pasó mucho en que el animalito comenzó a manifestar problemas de envejecimiento y artritis.

Lic. Luís Alfredo Collado
Estoy muy claro de la buena intención y preparación académica del Licenciado Luís A. Collado, escribe muy lindo y verdad convence hasta a el mas incrédulo. Pero creo que exagera cuando el para desahogar sus ideas en contra o favor de lo que piensa; habla de esa metáfora tan grande e universal, para el referirse a alguien que me atrevo adivinar les ha hecho mas mal que bien al país. No hay que internacionalizar el mal, porque no el bien?

El mes pasado, delegados de varios países del mundo se reunirán por segunda vez, en la sede de las Naciones Unidas, para tratar de aprobar una legislación internacional que prohíba la clonación reproductiva humana. La meta es detener el acelerado avance de estos experimentos, que según los expertos, podrían alterar la esencia de la humanidad. Hasta el momento, la experiencia científica de la clonación ha dado resultados satisfactorios en animales. A los casos de la oveja Dolly en Escocia y la gata CC en Estados Unidos, se sumó recientemente el nacimiento, por clonación, de una ternera en la Argentina.

Nueve países ya realizan estas experiencias, con vistas a la obtención de recursos para el tratamiento de graves enfermedades, lo que supone un costado positivo de esta técnica. Pero lo que se teme es que, tras los anuncios de algunos científicos, la clonación humana esté a la vuelta de la esquina.

El pasado mes de febrero grupos de científicos, expertos en el área de la genética, abogados y defensores de los derechos humanos se reunieron en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la ciudad de Nueva York, para hacer un pedido urgente a todos los países del mundo con el fin de que prohíban la clonación humana.

Esa fue la primera vez que la comunidad internacional se reunía para fijar su posición en torno del tema y hacer un llamado global en contra de estos experimentos que, según temen muchos, podrían cambiar la esencia de la especie humana para siempre.

Por ello, y ante lo imperioso de ganarle la carrera al tiempo, por cuanto los ensayos con la genética humana están avanzando a pasos agigantados, los delegados ante la ONU se reunirán nuevamente el 23 y 24 de este mes para seguir abogando por un veto a esta "amenaza mundial".

¿Cuál es el mayor temor en torno de estos experimentos?
El miedo más grande es la posibilidad de alterar o modificar la esencia de la especie humana con todas las implicaciones que eso conlleva. Cruzar ese umbral tecnológico traería unas consecuencias sin precedentes en la historia del hombre.

No sólo estaríamos derogando o poniendo en conflicto valores como la integridad y la autonomía individual, sino que estaríamos hablando de repercusiones para la vida familiar y social. Se involucran también los conceptos de justicia social y economía, abriendo más la brecha entre los ricos y pobres.

Futuro inquietante
Al referirse a la ingeniería genética germinal --técnica que a diferencia de la clonación reproductiva podría modificar la información hereditaria del hombre--, la doctora Isassi asegura que el panorama es mucho más aterrador.

"Si tenemos la capacidad de "mejorar" al ser humano, hacerlo más eficiente, más ágil, sin emociones, entonces, ¿cómo quedamos los no alterados, los 'naturales'?"

"Las modificaciones pueden ser para arriba y para abajo. Se pueden desarrollar superhombres que estén más dotados que los demás o seres inferiores considerados como esclavos. Se crearía un ejército de subhumanos, para realizar los trabajos que nadie quiere hacer, con muy bajos salarios, o cuerpos militares que pueden atentar contra la paz mundial.

Ya no podríamos hablar de la misma especie humana y nos enfrentaríamos a un genocidio genético", explicó la experta.

Aunque admite que parecería estar refiriéndose a un escenario de ciencia-ficción, la doctora Isasi asegura que estos experimentos podrían dar resultados positivos en corto tiempo.

"Estamos hablando de 10 o 20 años, aunque no me sorprendería que fuera antes de que nos encontremos con este problema, si es que no logramos impedirlo con una legislación", agrega.

La experta aclara, sin embargo, que no todas las diferentes tecnologías genéticas que existen son malas. Hay prácticas benéficas que contienen grandes promesas para el futuro de la humanidad, en lo que se refiere a combatir enfermedades y prevenir sufrimientos.

Los avances
Existen tres tipos de tecnologías o experimentos que están revolucionando la ciencia de la genética.

La clonación reproductiva humana es la primera y la más conocida. Este procedimiento, también llamado transferencia somática nuclear o reproducción asexual, es una técnica mediante la cual se crea un ser vivo o un ser humano genéticamente idéntico a otro.

El individuo "precedente" puede estar vivo o puede haber fallecido y con algunas de sus células "fabricar" otro igual. La creación de la oveja Dolly es el ejemplo más famoso.

También existe la clonación de investigación o terapéutica. Con esta técnica se produce un embrión clonado que se implanta en el vientre de una mujer y se usa para desarrollar células madres, las cuales servirían para crear tejidos terapéuticos, para el reemplazo de otros tejidos o células en los huesos y músculos, e incluso órganos humanos.

Aunque aún se encuentran en etapa de investigación y no han arrojado ningún resultado satisfactorio, estos experimentos ofrecen grandes esperanzas para el tratamiento de enfermedades en humanos como el cáncer, el mal de Alzheimer o el Parkinson.

" En el país había generado una cadena de inconvenientes que escapaban al control de sus creadores, hasta que logró burlar la estricta vigilancia que se le había impuesto es una frase muy fácil de escribir, esa frase a mi modo de entender y ver las cosas son interna de allá y no hay que internacionalizar el mal, porque no lo contrario?".

Saturday, September 15, 2007

Los clones

Hace más de cincuenta años el laboratorio que clona las ovejas, inició un proyecto científico en la república Dominicana, que tenía como meta la creación de un espécimen mediante un cruce genético de un batracio con un insecto.

Durante un buen tiempo, el equipo de científicos logró extraer cromosomas x y de un maco y una cacata, lo gestaron en criogenia, un modo de conservar la materia y los reactivos en cámaras congeladas similares a lasque guardan el cuerpo de Walt Disney.

Luego lo sometieron al proceso de fecundación in Vitro, del que se obtuvo una criatura producto de una exageración de la ciencia, que tenía apariencia humana y se confundía con las multitudes en reuniones y eventos de la sociedad normal, desde que era bebé empezó a crear serios problemas debido a su raro comportamiento y al descontrol emocional que dominaba su carácter, se alimentaba de cosas extrañas y cuando fue a la escuela no pudo entender nada lógico porque desaprendía las enseñanzas y prefería leer las novelas de odio, rencor y maldad aspectos que fueron minando su vida hasta que se convirtió en un ser temerario y repugnante.

En el país había generado una cadena de inconvenientes que escapaban al control de sus creadores, hasta que logró burlar la estricta vigilancia que se le había impuesto. Organizó un plan secreto para escapar y lo pudo realizar un día de agosto que estaba nublado y hedía a azufre, se trepó a un avión de Panam, cuando ocupó su asiento atemorizó a los pasajeros y a la tripulación porque se retorcía de manera brusca y tiraba el esputo en la mesita de servir la merienda, nunca averiguaron su equipaje ni sus papeles porque en esa época había tolerancia y nadie le temía a las cosas paranormales.

El vuelo fue aterrador, la turbulencia hacía tambalearla aeronave, el resto gritaba de pavor, mientras el engendro reía a carcajadas, el aterrizaje fue forzoso y cuando pasó por los controles magnéticos se dispararon las sirenas debido a que en su equipaje traía una máquina de escribir de hierro puro con letras negras que decía olivetti, el artefacto fue desmantelado pero no incautado.

En el aeropuerto nadie la dio la bienvenida, tomó un taxis gitano y salió con rumbo desconocido hasta que se le identificó en una imagen de televisión, después que una cámara de seguridad captó el momento en que le clavó sus veintiséis garras a un trabajador voluntario que cumplía con su jornada laboral.

El híbrido es peculiar por sus choques con los humanos, enfrenta a todos y de todos guarda papeles e inventa historias y fábulas para generar discordia y sembrar cizaña, no puede adaptarse a la civilización, por eso se encuentra en aislamiento continuo y todos le niegan el afecto excepto cuando utilizan sus planes macabros.

Tiene aspecto desgarbado, camina como danzan los cuervos y se ríe esgrimiendo sus dientes igual como lo hacía el legendario chupa cabras. En los últimos tiempos se le ha visto convivir con otro ser extraño que se alimenta de excrementos y orines, un androide que de acuerdo a sospechas del departamento de seguridad nacional pudo haber participado como mercenario de una guerra patria en contra del ejército regular.

Ahora los dos actúan en complicidad y burlan la vigilancia de los laboratorios que los crearon, las medidas para atraparlos no han surtido su efecto debido a que su programación es de tecnología ñaño, difícil de codificar para neutralizar sus movimientos, pero un ingeniero especialista en clonaciones de especies peligrosas, ha dicho que se avanza en el diseño de un nuevo ordenador de alta capacidad para desprogramar a esos peligrosos seres producto de la manipulación
genética.

Autor:
Luís Alfredo Collado
9/12/07

Tuesday, September 11, 2007

Cine y cárceles. Unos apuntes para el debate

Servicios Google

Uno de los muchos problemas sociales agravados por el neoliberalismo es el de las cárceles. También en este asunto tan emblemático el cine tiene la virtud de ofrecer títulos de gran valor testimonial, con capacidades de provocar y permitir un debate francamente necesario.

Pepe Gutiérrez-Álvarez (Para Kaos en la Red)
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Hay que estar (moralmente) ciegos para no ver uno de los fenómenos crecientes de la actual coyuntura histórica: la del aumento de la población encarcelada, la respuesta neoliberal a la “fractura social” creada por la doble dinámica “neoliberal”: la que impone el criterio de “tanto tienes tanto vales”, y la que sitúa la cuestión de la “seguridad ciudadana” en el centro del debate. Solamente en los emblemáticos Estados Unidos nos encontramos (a finales del año 2006) con 2 millones de reclusos, a los que hay que añadir 5.400. 000 bajo tutela penal, cifras que representan el 5% de la población masculina mayor de 18 años, y 20% en el caso de la población negra, y la tendencia evoluciona hacia lo peor. Y lo que es peor todavía, gracias al virus neoliberal tiende a ser cada vez más imitada en los demás países.

Uno de los símbolos de esta masiva presencia negra carcelaria es Mumia-Abu-Jamal es de 48 años que permanece condenado a muerte, y bordeando una siempre inminente ejecución, desde 1981. sin embargo, su caso no es uno más, Mumia es escritor y periodista amén de un militante que ha sido adoptado por un extenso movimiento solidario internacional, del que forma parte destacada el anarquismo (1). Esto ha hecho que su caso sea más conocido que los casi cuatro mil presos que, como él, están esperando la muerte legal en las cárceles de Estados Unidos. Desde que se reinstauró la pena capital en 1977, los norteamericanos han “despachado” a más de cuatro centenares de personas, en su inmensa mayoría afronorteamericanos o de otras minoría, una tarea en la que la dinastía Bush se ha mostrado especialmente venal y cruel...

Sobre esto el mejor cine cívico de Hollywood clásico ya había ofrecido grandes testimonios desde Quiero vivir (1958), de Robert Wise, elogiada por Albert Camus, hasta Pena de muerte (2002), de Tim Robbins. Pero resulta que además el horror aumenta al comprobar que los tribunales y no digamos la policía) se equivocan con demasiada frecuencia, y las pruebas de ADN han demostrado que son multitud las veces que han pagado justo por pecadores. A Mumia lo encontraron culpable del asesinato de un policía, pero su juicio fue tan asombrosamente irregular que parece una película de humor “negro”. Desde los 16 a los 19 años, Abu-Jamal perteneció a los Panteras Negras, un grupo célebre de liberación negro que fue destruido por un “complot” entre el Estado y el FBI (2). Después, como periodista, Abu fue muy mordaz contra la policía de Filadelfia, cuyo historial delictivo se adivina escalofriante. Todo indica que Mumia fue condenado (como tantos otros) por su compromiso político, porque respecto al crimen las evidencias son muy confusas. Sabo, el magistrado que le sentenció, es conocido como el juez de la horca: ha mandado a más de treinta presos al corredor de la muerte, todos ellos negros menos dos, y eso que la población de color en Pensilvania, el Estado del juez, es sólo el 9% del total. En su larga lucha, escritores como Salman Rushdie y Paul Auster, políticos como Nelson Mandela e incluso el presidente francés, el muy corrupto Jacques Chirac, han pedido que se le haga un nuevo juicio, algo que, entre otras cosas, revelaría su inocencia y demostraría la vesania del tribunal. Obviamente, la lucha continúa.

Como es sabido, el carcelario es uno de los “grandes temas” en los que, dentro de las grandes corrientes del pensamiento socialista, el anarquismo ha mostrado un sensibilidad especial desde Bakunin considera que nadie puede ser libre mientras existen presos...El microcosmo carcelario comporta numerosas cuestiones sobre el individuo, la propiedad y el Estado, es un lugar determinante en la maquinaria de este. Obviamente, se trata de una discusión enormemente compleja, pero fundamental, un debate que se tiende a descartar pero de enormes implicaciones, desde las más simple (la que nos lleva al concepto de delincuencia), hasta la más “política”, no en vano estamos hablando de una situación inherente a todas las disidencias políticas, una historia que resulta especialmente trágica en los tiempos de la España franquista que solamente ahora se empieza conocer en todo su alcance. Éste es pues un ámbito en el anarquismo ha producido numerosas reflexiones críticas, y ha mostrado una insistente atención.

Sin embargo, en el cine carcelario no encontramos ningún título que se atenga o que se aproxime abiertamente a sus anunciados, si existen se trata una vez más de unas concepciones compartidas aunque sea parcialmente. Dicha proximidad resulta facilitada desde el momento en que se puede afirmar que desde el cine se han hecho numerosas críticas radicales del sistema penitenciario, y hasta se puede hablar de un importante subgénero que es una variante destacada del policiaco o cine negro. Cuenta con un buen número de películas con un material crítico más que suficiente para ilustrar cualquier clase de debate sobre una cuestión con la que, en no poca medida, podemos enlazar con el sistema psiquiátrico e incluso con determinadas descripciones de las sociedades “abiertas” que, paradójicamente, se distingue porque, como indicamos al principio, va ampliando su población de reclusos, en nuestro caso de emigrantes, o sea de extranjeros “extracomunitarios”.

Si nos atenemos al cine norteamericano, se pueden registrar algunos título que insisten claramente en ciertos elementos subversivos –de entrada de la dinámica que fabrica al delincuente pasando por la negación rotunda del sistema carcelario, con la denuncia de la corrupción de las autoridades y la defensa a ultranza de los individuos que no han olvidado su dignidad-, y podíamos comenzar por Código criminal (1931), de Howard Hawks, y sobre la que Javier Coma precisa: “Con saludable cinismo el film se estructura según la equiparación de las reglas que presiden las administración de justicia y las normas a que se ciñen los presos, como si se tratara de dos universos sociales paralelos. Uno y otro código se resumen en la ley del talión y, más concretamente, en la máxima ojo por ojo y en la elevación a necesidad de que alguien debe pagar por el asesinato de otro hombre; en este último aspecto la acción convierte en simétricas las situaciones derivadas de la muerte accidental de un reptado ciudadano en una pelea y del fallecimiento de un recluso que intentaba fugarse y es alcanzado por los disparos” (Diccionario del cine negro).

Desde el inicio está claro que la ley no está a la altura de las circunstancias, y como una persona normal se puede ver envuelta en un crimen y en una culpabilidad impuesta, y como a partir de aquí la cárcel puede acabar hundiéndole más todavía. Aunque se nota cierta teatralidad en los actores, se trata de un clásico que todavía sigue conmoviendo y permitiendo una amplia reflexión. Los que la han visto no olvidaran nunca al personaje encarnado por Boris Karloff cercando a un chivato, y actuando como verdugo de la propia ley de los presos.

Pero el gran clásico popular de este subgénero es sin duda Soy un fugitivo (1932), la obra maestra de Mervyn LeRoy que está basada en la novela autobiográfica de Robert E. Burn –que intervino como asesor del film mientras era buscado por la policía-, con una interpretación impresionante de Paul Muni. Fue la primera denuncia abierta del sistema judicial y penal norteamericano, con una descripción impresionante de los trabajos forzados, y una visión de la lucha de clases dentro y fuera de las prisiones. Cuenta como James Allen (Muni), tras regresar de la “Gran Guerra”, abandona un trabajo casi esclavo para convertirse en un vagabundo mientras recorre los Estados Unidos en busca de un trabajo mejor...Para sobrevivir, toma parte en un atraco. Cae en manos de la policía y es condenado a diez años de trabajos forzados, de los que tratará de escapar y después de muchos esfuerzos llega a ser un buen ingeniero. Entonces sufrirá chantaje, hasta que es detenido y condenado de nuevo. Vuelve a fugarse, pero ya no confía en nadie ni en nada. Anotemos que el mismo LeRoy realizará décadas más tarde una película que se podría considerar muy bien el “reverso” reaccionario de ésta, El FBI contra el imperio del crimen (1959), una repugnante y falsaria apología de los métodos impuestos por el siniestro Edgar J. Hoover (cuyos delitos fueron interminables), una buena muestra sobre como cierto aspectos del fascismo puede incrustarse en sociedad consideradas como diría Rajoy, “plenamente democráticas”

Otro intenso alegato anticarcelario sería Brute force (1947), una de las obras más logradas en la fase norteamericana del “black liste” Jules Dassin, y parte de un guión de Richard Brooks. La lucha por la libertad, acaba convirtiéndose en una tarea vital, un objetivo por el cual los presos acaban formando un extenso y firme colectivo. Hay un intento de fuga al frente del cual se impone un enérgico e indignado Burt Lancaster, uno de los actores más inconformista de Hollywood, proveniente de la clase obrera, se crió en los sótanos de una sede local de los IWW y permaneció estrechamente ligado a los movimientos por los derechos civiles auspiciando una filmografía en la que los títulos reaccionarios son una excepción, recordemos sin más El hombre de Alcatraz (19629, una de los grandes logros de John Frankenheimer, otro auténtico clásico del subgénero. La lucha de los presos contra unas autoridades carcelarias brutales y corrompidas, en una trama que recuerda bastante la lucha contra el fascismo, representado por una “fuerza bruta” que se impone a pesar de la buena voluntad del alcalde, de unos guardianes brutales dirigidos por el capitán Munsey (Hume Cronyn), sobre el que dirá el médico que es “el peor de los hombres que están encerrados aquí”. El mundo exterior es meramente complementario. Llega un momento en el que los presos olvidan sus diferencias, y organizan un motín cuyo carácter liberador está fuera de toda duda. En realidad se está hablando de una prolongación de la lucha contra el fascismo del que el sistema carcelario resulta una versión reducida (3).

En una línea próxima se encuentran aportaciones tan celebradas como La leyenda del indomable (1967), que fue financiada por la compañía productora de Jack Lemmon, y dirigida por el casi debutante Stuart Rosenberg. La película cuanta como su protagonista, Luke, acaba cometiendo una serie de infracciones que le llevan a ser condenado a dos años de trabajos forzados. El presidio tiene todas las características de un campo de concentración. Inmediatamente Luke, por su actitud vital, entre cínica y desafiante, reconvierte en un referente de insumisión para sus compañeros que lo apodan Man Luke (Mano Fría), y por supuesto, también para los carceleros que no desaprovechan la menor ocasión para humillarle y castigarle, en particular el que interpreta George Kennedy (que ganó un Oscar). Al margen de cierto tono religioso, la película es un canto a la insumisión y una denuncia de los sistemas aniquiladotes. Rosenberg mostraría sus preferencias por la temática con la menos interesante y más reformista Brubaker (1980), que nos explica un caso real: el de un director de prisiones (Robert Redford muy en su papel), que antes de asumir su cargo, decide saber por cuenta propia como es la prisión, e ingresa en ella como un convicto. En una misma línea, tan deudora de los clásicos en blanco y negro, cabría registrar una de las mejores películas del interesante Tom Gries, La casa de cristal (1972), basada en una obra de Truman Capote que fue Concha de Oro del XX Festival de San Sebastián. Con un estilo conciso, Gries ofrece un detallado retrato de cómo alguien puede acabar en prisión, y como se desarrolla la vida en esta, como mantener la vida y la dignidad en un mundo hostil en el que los carceleros por un lado, y los delincuentes más corrompidos, imponen su ley. La metáfora social queda por lo demás bastante patente (4).

Un capítulo aparte merece los motines de la prisión de Attica de 1971 que arrojaron el desgraciado balance de 39 presos y 10 guardias muertos, convirtiéndose en uno de los más sangrientos capítulos de la historia de los Estados Unidos. Entre las diversas películas sobre este acontecimiento destacan dos. La primera es Contra el muro (1993), realizada también por John Frankenheimer, con guión de Ron Hutchinson, y comienza con unas imágenes documentales en las que se ofrece un vasto panorama de los sesenta-setenta, con subrayados sobre Kennedy, Luther King, el movimiento hippie, la guerra del Vietnam y las manifestaciones contra ésta... Parte de narra la horrible experiencia vivida por uno de los guardias recién llegado a dicha cárcel, Michel Smith (Kyle MacLachlan), que acabó convirtiéndose en uno de los secuestrados por los presos amotinados.

Su llegada coincide con la de un grupo de reclusos, entre los que destaca un negro, Jamal X (Samuel L. Jackson), y partir de estas dos caras de la prisión, y lo hace de una manera ajustada, muy completa, sin olvidar en ningún momento de quien está la razón. Lo mismo se puede decir de Attica. La cárcel de la muerte, obra de la interesante cineasta antillana Euzhan Palcy (afincada en los Estados Unidos donde está realizando una serie de películas muy combativas a favor del pueblo de color), y escrita por Benita Garvin. Se puede hablar de un título complementario. Se centra en la historia de Shango (Morris Chestnut, un preso afroamericano al que las autoridades han utilizado como cabeza de turco para encubrir una conspiración que incluso involucra a Nelson Rockefeller, gobernador del estado de Nueva York. Con la ayuda del honesto e imparcial abogado blanco Ernie Goodman (Alan Alda que borda su papel), Shango se dispone a defenderse a toda costa... y a descubrir la angustiosa verdad que se esconde tras la tragedia, una verdad que dice mucho sobre la naturaleza del poder “democrático” en los Estados unidos.

Aunque quizás en menor cuantía, el cine europeo también cuenta con sus obras maestras y sus títulos interesantes, ahí están sin más Un condenado a muerte se ha escapado (1958), de Robert Bresson, y La evasión (1960), del injustamente olvidado Jean Becker (5), y una verdadera obra maestra. La primera se sitúa en Lyón, 1943, en la Francia ocupada durante la II Guerra Mundial, el teniente Fontaine (François Leterrier) es detenido por el ejército alemán. Tras un intento frustrado de fuga del convoy que le conduce a prisión es encarcelado y, muy pronto, condenado a muerte. Sin desfallecer, Fontaine dedicará su tiempo de reclusión a preparar minuciosamente su fuga. Para ello contará con sus manos y las herramientas que su exigua celda y el azar le proporcionen. Aunque se trata de un historia de la guerra, su concepción es mucho más general...Mucho más interesante para los propósitos de este trabajo es la segunda. Narra concienzudamente la historia de cinco presos franceses que comparten una única celda y que estando condenados a sentencias de reclusión superiores a los diez años por persona, deciden fugarse de la cárcel poniendo en marcha un plan sencillo que requerirá de todo su esfuerzo y su ingenio para salir adelante. Pero no es ni en la preparación ni en el curso de sus titánicos esfuerzos (que son debidamente subrayados para dejar claro lo que está en juego) donde se centra la película, lo que le importa a Becker es ante todo la fuga y todos los detalles y contradicciones relacionados con la misma, de tal manera que el espectador se mete en la trama. Como acabo de señalar, esta es una película de detalles, está plagada de ellos, en forma de objetos, de descripciones visuales, etc. Becker confiere una importancia a una suma minuciosa de detalles que le dan una espesa densidad a una huida que es también una lección ética. El estilo de rodaje deja muy claro que Jacques Becker es un director capaz de saltarse las reglas preconcebidas para rodar la película a su manera.

En este listado añadiría la italiana Detenido en espera de juicio (1971), del a veces interesante Nanni Loy (la mejor de las suyas fue Cuatro jornadas de Nápoles, que reconstruye la insurrección popular napolitana contra el fascismo), y que contó con un inconmensurable Alberto Sordi, muy centrada en los recovecos kafkaianos de la justicia italiana, cuenta con una historia al parecer verídica de una ciudadano italiano que permaneció en diversas cárceles durante bastante tiempo por un mero error judicial ...

Señalaría que dicha lista sería incompleta sin anotar algunas variantes femeninas como Sin remisión (1950), de John Cromwell con guión de Virginia Kellog y Bernard Schoenfeld que será nominado al Oscar, en un momento en el su nombre figuraba por sus ideas avanzadas en una peligrosísima “lista negra” dentro de la temible “caza de brujas”. Sin remisión aunaba su maestría como director de actrices (la película consagró a Eleanor Parker) con una vena de cine realista a la hora de describir la sordidez de la cotidianeidad carcelaria gracias a un testimonio de primera mano que incide sobre todo en las tentativas de deshumanización practicada por las autoridades. Son las propias presas las que aplicaran finalmente la justicia contra unas guardianas que les niegan su categoría de personas. El tema de las prisiones femeninas ya había abordado parcialmente por Cromwell en una lejana adaptación de Sinclair Lewis, Ana Vickers (1933). Caged fue un considerable éxito, y demostró que Cromwell se encontraba en su mejor momento, su retrato es extremadamente riguroso, una crónica llena de convicción, de ahí que al año después realizara Prisionera de su pasado (o Libertad bajo fianza). Hay que decir que esta veta de cine carcelario de mujeres fue significativamente explotada en numerosos subproductos en los que el “gancho” radicaba en las relaciones homosexuales entre las presas con la complicidad de las guardianas cuyo sadismo represor escondía pasiones inconfesables.

Entre las producciones europeas destacaría en la olvidada Infierno en la ciudad (1958), con dos señoras de la talla de Anna Magnani y Giulietta Masina que sostienen este abigarrado retrato del universo femenino en una cárcel de mujeres italiana situada en el centro de Roma a unos centenares de metros del Vaticano, donde la rivalidad, el abuso de poder y la intimación es el pan de cada día. Esta somera lista podría cerrarse con un par de referencias hispanas temáticamente apasionantes. La primera es Carne apaleada (1978), torpe adaptación de Javier Aguirre de la interesante obra autobiográfica de Inés Palou (Lérida 1923-Barcelona 1975), que publicó en su día Planeta, y a la que interpreta con mucha convicción Esperanza Roy. No se trata de una película despreciable como tantas otras del “autor”, es una de las primeras que aborda la situación de las cárceles de mujeres bajo el tardofranquismo (una parte de las presas son “políticas”), y aborda la cuestión de la homosexualidad femenina con un poco de rigor.

La segunda, Entre rojas (1994), representó un notable debut para Azucena Rodríguez, que fue también autora también del guión y que se aproxima con sensibilidad al universo carcelario femenino por la misma época en la Yeserias, Madrid, allá por 1974, visto en éste caso desde el punto de mira de una presa apolítica (Penélope Cruz) que ha caído en el “talego” por guardarle al novio una maleta llena de propaganda clandestina, y allí se encuentra con grupos de mujeres muy diferentes, pero en especial con las más militante. Azucena crítica a veces la estrechez y sectarismo de las más “partidarias”, al tiempo que ofrece una sentida evocación de la apasionada resistencia del colectivo militante. La cárcel será aquí el escenario de una toma de conciencia: la muchacha “pija” con unos padres cretinos, hasta el punto de sacrificarse para que otras se pueden escapar.

Tenemos otra película española, Horas de luz (2004) que aborda la historia de Juan José Garfías (editada en Txalaparta), que había suscitado bastante interés en los medios libertarios, y que plantea la cuestión, ¿puede el amor liberar a un asesino?, un interrogante que queda restringido al caso personal por más que está producida en un país cuyo gobierno participaba en una declaración de guerra contra Irak y que permitía el goteo diario de jóvenes africanos muertos al querer atravesar los muros del “primer mundo”. Fue la tercera película de Manolo Matji, y su interés temático está fuera de duda. Sin embargo ha recibido serias crítica porque al final todo parece resulta demasiado fácil, porque parece delimitar demasiado gruesamente la diferencia entre los guardianes embrutecidos y los parecen más bienintencionados...Si deja bien claro que Juan José (Alberto Sanjuan) es una persona cuando entra, y otra muy diferente desde que conoce a Marimar (muy notable composición de Emma Suárez), algo que ya se había abordado en otras películas, recuerdo muy especialmente El chacal de Nahueltoro (1971), la mejor película del irregular Miguel Littin, entonces íntegramente comprometido con la Unidad Popular chilena, y cuya temática, aunque con un punto de partida mucho más terrible, es bastante similar a la de Juan José.

Matji no nos explica el como y el porqué Garfías acabó convertido en un criminal (mata por casualidad, llevado por una actitud que tiene mucho de suicida), y se limita a dibujar con cierta precisión lo que se perfile detrás humanamente de las víctimas...La reconstrucción dramática se ve afectada por esta omisión y la narración por lo tanto, se centra en como Garfías comienza a pensar como una persona que quiere crecer y asumir sus propias responsabilidades. Lo mejor es la descripción de su voluntad por mantener su integridad en una situación verdaderamente límite, en este punto la película se crece, denota que Matji ha trazado una buena escritura, plena de referentes fílmicos valiosos. Con todo, se trata de una película apasionante que denuncia los métodos de aniquilación individual, y que deja la evidencia que como personas inmersas en los más oscuros abismos, pueden rehacer su vida, si cuentan como Garfías con un soporte básica de integridad personal, y encuentra fuera de la cárcel los apoyos necesarios. Apoyos que se han ampliado gracias a la propia película. Quizás el guión se limita demasiado al caso carcelario, y deja fuera una realidad para laque el propio personaje no encuentra explicación. Supongo por más que se puedan objetar sus evidente limitaciones fílmicas, películas como estas pueden contribuir a un debate sobre el curso que está tomando el universo carcelario en un mundo en que el reducto de privilegiados es cada ve más restringido y sus medios de ascenso social más turbios, y que al mismo tiempo recurre al discurso de la seguridad ciudadana, jugando con los miedos y las mediocridades humanas.

En resumen: este es un listado que creemos suficiente para empezar a provocar forums dentro o fuera de las prisiones.

Notas

---1) En un documental sobre Mumia emitido en el Canal 33 se detalla como la policía exige corporativamente su condena porque ha matado a “uno de los suyos” (con un tono que recuerda al de los ”polis” de Salvador), y como cabe pensar en la hipótesis de una actuación similar a la del inspector encarnado por Orson Welles en Sed de mal, (re)creando las pruebas en complicidad con el sistema judicial. Con todo, Mumia no puede apostarlo todo a una revolución, y reconoce que está obligado a creer en la capacidad de rectificación parcial del propio sistema (finalidad por la que se ha desplegado un gran campaña de movilizaciones solidarias que, obviamente, asumen otros casos), porque de no hacerlo perdería toda esperanza. Una película que en alguna medida recuerda el caso de Mumia es Ejecución inminente (1999), de Clint Eastwood, absolutamente recomendable. Por cierto, los libros de Mumia se pueden encontrar en la editorial Txalaparta.

---2) El autor de estas líneas recuerda un impresionante documental emitido hace años en el programa La noche temática, sobre el que no he encontrado pistas. TV3 emitió hace años Black Panthers (1996), una película que combina la ficción y el documento aunque está basada en la novela de Melvin Van Peebles y fue realizada por Mario Van Puebles, más conocido como actor. En realidad, la documentación es la misma que la del citado documental, se reconoce públicamente el Plan Emergente lanzado en 1968 por el gobierno contra los movimientos civiles negros. En este macabro plan el FBI, estimulaba la introducción de la heroína en los ghettos aludiendo a su capacidad pacificadora. Las autoridades debían tener absolutamente bajo control la extensión intensiva de este, literalmente, opio del pueblo, y no dejar que ella trascendiese a otras esferas sociales. En pocos meses los movimientos reivindicativos se fueron extinguiendo y en la actualidad no existen apenas. En cambio hay tres millones de toxicómanos reconocidos. La película abarca igualmente los comienzos de un movimiento considerado como el unos héroes liberadores por los afroamericanos y como unos criminales por la policía y el sistema.

---3) En la filmografía de Gries destaca, aparte de un singular “western social”, Will Penny (aquí titulado pomposamente como El más valiente entre mil), un potente drama social Los emigrantes (1973), una más que notable adaptación de un drama obrerista singularmente radical de Tennesse Willians, que narra la sobreexplotación sufrida por una familia de trabajadores ambulantes que siempre se encuentran a merced de los señores y de sus esbirros, y que van asistiendo a una injusticia detrás de otra con la esperanza de una vida mejor que nunca llega hasta que el hijo desafía a los patrones y la policía para buscarse la vida como trabajador industrial. Situada en los años sesenta, está interpretada por Cloris Leachman (realmente conmovedora), Ron Howard antes de llegar a ser un director al servicio de los estudios, y Sissy Spacek. Candidata a seis premios Emma, fue emitida hace años por TV2.

---4) Otra obra maestra de Jacques Becker es París, bajo fondos (Casque d´or, 1952), que contiene una descripción del ambiente del barrio proletario de Belleville, por cierto uno de los centros de la “Comunne” de París y el último que se rindió, allá por 1900, y en el que se confunden “barriobajeros” de diferentes características, y entre los más dignos y conscientes no es difícil entrever actitudes propias del anarquismo de entonces.



Monday, September 10, 2007

Shakespeare: ¿fue o no fue? nunca escribió un libro

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LONDRES, (BBC Mundo).- El profesor Mark Rylance y el actor Colin Hurley posan con el documento constitutivo del grupo.

Un grupo de actores británicos, encabezado por Derek Jacobi y Mark Rylance, decidió abrir el debate sobre quién escribió realmente las obras de William Shakespeare.

Cerca de 300 personas firmaron una "declaración de duda razonable" con la que esperan promover la investigación sobre la autoría de las obras atribuídas al más celebre escritor inglés.

"Me adherí al grupo teórico porque no creo que nadie pueda llevar a cabo la investigación por su propia cuenta", dijo Derek.

La agrupación afirma que no existen documentos históricos que demuestren que a Shakespeare se le pagó por su trabajo.

Además, de entre todos los documentos que pueden ser realmente atribuídos al escritor, nacido en Stratford-upon-Avon en 1564, ninguno es de índole literaria.

Y para muestra, su testamento, en el que el escritor le dejó a su esposa su "segunda mejor cama y los muebles", pero que no contiene ninguna de sus famosas expresiones o frases, y donde no hace mención alguna a libros, guiones o poemas.

Familia analfabeta

¿Cómo se familiarizó con todas las cosas italianas a tal punto que hasta detalles oscuros en sus obras son exactos?

La Coalición Sobre la Autoría de Shakespeare, como se ha denominado el grupo de 287 personas, dijo que no es posible que las obras del poeta hubiesen sido escritas por un plebeyo criado en un hogar de analfabetos.

Este colectivo se pregunta porqué la mayoría de sus piezas fueron ambientadas en la clase alta y porqué nunca menciona Stratford-upon-Avon, su ciudad natal.

"¿Cómo se familiarizó con todas las cosas italianas hasta el punto de que incluso los detalles oscuros de sus obras son precisos?", señaló el grupo.

Desde el siglo XVIII han circulado teorías conspiratorias sobre personajes destacados que pudieron usar el pseudónimo de Shakespeare. Entre ellos, el dramaturgo Christopher Marlowe, el noble Edward de Vere y Francis Bacon.

A fines de mes, comenzará la primera maestría sobre los estudios de la autoría de Shakespeare en Londres.

La declaración, dada a conocer en el teatro Minerva de Chichester, Inglaterra, también nombra a 20 prominentes artistas que en el pasado dudaron de la autoría de Shakespeare. Entre ellos, Mark Twain, Orson Welles, Sir John Gielgud y Charlie Chaplin.

Una copia de la declaración fue presentada al doctor William Leahy, director de la facultad de Inglés de la Universidad Brunel, en Londres, y coordinador de la primera maestría sobre los estudios de la autoría de Shakespeare, que se abrirá a finales de este mes.

"Desde hace dos años ha sido una batalla para mí traer la discusión a la esfera académica", dijo Leahy.

"Es una pregunta legítima con un misterio y el debate intelectual nos acercará a ese misterio".

"Eso no significa que encontraremos respuesta para todo. Ese no es el objetivo. Lo importante es hacerse preguntas".

Sunday, September 09, 2007

¿Quién era William Shakespeare?

¿Era o no era el Bardo de Avon?", ésa es la cuestión para algunos de los más reputados actores "shakesperianos", que dudan ahora de la identidad real de William Shakespeare y han reabierto ese polémico debate en el Reino Unido.

El órdago lo han lanzado los actores Derek Jacobi, que en su larga carrera ha encarnado a personajes del famoso dramaturgo como Hamlet, y Mark Rylance, ex director artístico del Globe Theatre, la conocida réplica del teatro original de Shakespeare en Londres. La declaración cuestiona que William Shakespeare, un plebeyo del siglo XVI criado en un hogar analfabeto de Stratford-upon-Avon, escribiera las geniales obras que llevan su nombre.

Promovido por la llamada "Coalición de la Autoría de Shakespeare" y avalado por casi 300 firmas, el comunicado argumenta que un hombre que apenas sabía leer y escribir no pudo poseer los rigurosos conocimientos legales, históricos y matemáticos que salpican las tragedias, comedias y sonetos atribuidos a la pluma del bardo.

Los signatarios, entre los que figuran más de treinta académicos, también esgrimen que no existen pruebas de que el aldeano de Stratford-upon-Avon recibiera estipendio o mecenazgo por escribir algunos de los libros más famosos de la literatura universal.

Un simple seudónimo Desde el siglo XVIII, no han faltado teorías que defienden la idea de que William Shakespeare no fue más que un seudónimo. Con el tiempo han surgido sospechas de que detrás de ese "alias" pudieron esconderse el dramaturgo Christopher Marlowe (1564-1593), el filósofo y hombre de letras Francis Bacon (1561-1626) o Edward de Vere (1550-1604), decimoséptimo conde de Oxford. JWS

Memorias San Nicolás (6)

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6. Lecturas a la abuela

. Me llaman Jotamario Arbeláez. Nací en Cali en 1940.
.
6.1. Rezamos o leemos, me pregunta mi abuela todas las noches después de persignarnos y santiguarnos. Ella va trayendo al escondido -y después los devuelve- algunos libros de la biblioteca de Luis, el esposo de la tía Tina, y me pide que se los lea pues ella, a pesar de lo viva que es, no tuvo tiempo ni paciencia para aprender a leer y escribir.

6.2. Sólo cuando estoy muy cansado de haber jugado fútbol en el pasaje me transo por las oraciones, entre las que no fallan el Padrenuestro, el Avemaría, la Salve, el Señor mío Jesucristo, y una que me gustaba mucho y no volví a oír y rezaba: “Bendita sea tu pureza / y eternamente lo sea / En tan graciosa belleza / hoy todo un Dios se recrea / A ti celestial princesa / Virgen sagrada María / yo te ofrezco en este día / alma vida y corazón / Míranos con compasión / No nos dejes madre mía / en la última agonía / morirnos sin confesión”, además de una letanía adosada con recomendaciones al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo de una sarta de personajes muertos y vivos que son los seres de la familia o del pueblo de quienes ella tiene fresco el recuerdo. Yo le pregunto quién es cada uno de ellos y ella me cuenta por ejemplo que Pacho Martín era su hombre, quien enamoraba a todas las mujeres que lo sentían pasar a caballo y a quien nunca veían, ni cuando se les metía a oscuras en sus habitaciones, que éste era un sobrino a quien peleando en una gallera en Manizales le pegaron una puñalada y él alcanzó a salvarse porque camino del hospital se iba bogando la sangre que recogía del abdomen en una taza, que ése era otro sobrino que está en la cárcel porque no se dejó comer de un cacorro, a quien con otros amigos le hundieron la cabeza con la tapa del tanque del inodoro, que aquel era el campanero de la iglesia de Rionegro que se fue para Roma a hacerse bendecir por el papa y a los veinte años regresó enmozado con una monja piamontesa a continuar tocando campanas, que Pagalito andaba con pies chonetos y por eso le dice Pagalito a todo el que ve que anda con los zapatos al revés, que la loca Emilia creía que vivía en todas las casas, y que Mercedes Ortiz gustaba de ser ostentosa en el vestir y exagerada en lo que decía. Nos acostamos a las ocho, ella en su cama grande y la mía contra la pared de la pieza, donde todas las noches sacramentalmente me orino.

6.3. Antes de la sesión reglamentaria de paseo por la gran comedia humana ella apaga la luz, se pone el camisón al oscuro y orina sentada en la bacinilla con un chorrito cantarino que pone al aire a hacer olas. Enciende, abre el escaparate y saca de él una media de aguardiente de la que bebe un trago largo, escupe en la bacinilla caliente, se cobija y me da la orden de arranque.

6.4. Un centavo por página leída fue mi tarifa. El primer libro que le leí por capítulos fue El hombre de la máscara de hierro, del que quedé enamorado. Después siguieron El Conde de Montecristo, Veinte años después, lo que nos hizo devolvernos a Los Tres Mosqueteros, y La hija maldita (“Leéme una miajita de Lucilamiller”, me pedía). De allí pasamos a La hija del cardenal (por error, pues me hizo suspender la lectura cuando comenzaron las bacanales de los clérigos), El jorobado de Notre Dame, y empezamos Los Miserables, pero tiré la toalla porque me mamó Víctor Hugo. Nos pasamos al atormentado de Maupassant. Y allí empezaron mis migas con la literatura francesa.

6.5. Le metimos muela a los ingleses empezando con Ilusiones perdidas. Después ensayamos los alemanes con Mario y el Hipnotizador de Thomas Mann y el Juego de Abalorios de Hermann Hesse, pero este último se nos hizo ininteligible. A los españoles nos los saltamos y de los colombianos nos leeríamos después El Cristo de espaldas de Caballero Calderón y Viento seco de Daniel Caicedo. Empezamos El alférez real, pero el tío Emilio se encaprichó con él y se lo llevó para su casa donde terminó refundiéndose. Hasta allí leí colombianos . Por lo general trato de no hacerlo para no correr el riesgo de dejar de admirarlos. Sé que estoy bien correspondido, y que por eso me quieren.

6.6. “Un día te voy a contar mi historia para que la escribás y se entere la gente que todo eso que pasa en las novelas es pálido reflejo de lo que a mí me ha pasado”. Por estos resabios de la abuela entro en la literatura y, por qué no, en la abrupta pornografía. Con el correr del tiempo andaría por las librerías de viejo buscando La hija del cardenal para leer a escondidas, y de paso me encontraría con Crimen y castigo, Así hablaba Zarathustra, El proceso, El satiricón y Justine de Sade. Y allí comenzaría el acabose de este prospecto de persona útil a la sociedad de su tiempo.






Saturday, September 08, 2007

El legado de Borges busca sede

Servicios Google/Milenio, Mx.

Manuscritos, fotografías, cartas, entre otros documentos, conforman el legado del autor de El Aleph, el cual hasta ahora no cuenta con un lugar en su país natal.

Un conjunto de 20 mil objetos, entre manuscritos corregidos, fotografías, cartas personales, retratos y libros inhallables en comercios del célebre escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986). Sólo falta el lugar donde la Secretaría de Cultura prometió abrir el museo.

“Es uno de los mejores escritores de la literatura universal y cuando han pasado 21 años de su muerte Buenos Aires no cuenta aún con un lugar que contenga y muestre la obra que nos ha legado en toda su dimensión”, explicó Alejandro Vaccaro, autor de Borges. vida y literatura y uno de los impulsores del proyecto.

Vaccaro es presidente de la Asociación Borgesiana de Buenos Aires, integrada por expertos en la obra del creador de El Aleph. La entidad es dueña de la colección que nutrirá el museo. La idea es crear también un centro de estudios y documentación, un lugar para cursos sobre su obra y un fondo editorial.

El conjunto de objetos fue presentado ya por la asociación en la Biblioteca de Alejandría, en Egipto, a mediados de 2006, en ocasión del vigésimo aniversario de la muerte del escritor ganador en 1980 del Premio Nacional de Literatura Miguel de Cervantes, el mayor reconocimiento de literatura en lengua española. “El museo es una deuda que tenemos los argentinos con Borges”, sostuvo Vaccaro.

“Cientos de turistas que vienen a Buenos Aires del exterior o del interior del país buscan afanosamente un lugar donde saciar la curiosidad que este hombre despierta y recorren sitios que son símbolos de su literatura”, remarcó.

En la capital argentina hay varios circuitos turísticos por los sitios que frecuentaba Borges. Los barrios que caminó, las calles y lugares que inspiraron sus trabajos, las casas en las que vivió, los bares y librerías donde pasaba las horas, son objeto de culto para sus lectores de todo el mundo. En 1995 se inauguró el Centro Cultural Borges en un sector de la Galerías Pacífico, un edificio construido en el siglo XIX en el centro de la ciudad. Pero se trata de un espacio para la realización de muestras plásticas, música, danza, cine, teatro, videos no necesariamente vinculados al autor de Fervor de Buenos Aires. El proyectado museo tendría un ambiente que recree la austera habitación de Borges en su apartamento de la céntrica calle Maipú. Allí vivió la mayor parte de su vida, junto a su madre, Leonor Acevedo, y la empleada, Epifanía Uveda de Robledo, cuenta Vaccaro.

Se podrán ver fotografías y retratos del escritor de célebres pintores. También habrá traducciones de sus libros a más de 25 idiomas, cartas de su madre, con la que vivió hasta que ella murió en 1975 a los 99 años, y también de su hermana, Norah. Se verán fotografías y documentos personales como su pasaporte o su libreta de matrimonio con Elsa Astete, con quien estuvo casado de 1967 a 1970. Pero para los que conocen su obra, sin dudas los documentos más reveladores son los manuscritos en los que el autor deja ver las tachaduras y correcciones de poemas y cuentos, o los ejemplares de libros inhallables que él mismo se negó a reeditar como Inquisiciones o El tamaño de mi esperanza.

La Secretaría de Cultura de Argentina apoyó la iniciativa y ofreció un edificio construido en1746 por la orden católica Compañía de Jesús, ubicado en San Telmo, en Buenos Aires. La construcción es una de las más antiguas de la ciudad y fue residencia de los jesuitas, hospital, asilo de ancianos, curtiembre y cárcel de mujeres hasta 1978. Ese año el presidio fue trasladado fuera de la ciudad y se abrió allí la Academia Superior de Estudios Penitenciarios y el Museo de la Penitenciaría.

El director de ese museo, Horacio Benegas, dijo que “ama” a Borges, pero que está “dolido” por el proyecto. Si bien admitió desconocer si se cambiará un museo por otro o si se utilizará para el de Borges el área de la academia, consideró que el escritor “no tiene nada que ver con este lugar”.

Para Benegas, el edificio tiene sí un importante valor histórico y por su ubicación recibe una visita promedio de 350 personas por domingo. Lo ideal, a su juicio, sería que ubiquen el museo del escritor donde funciona la academia, sin trasladar el del Servicio Penitenciario Federal. “El lugar es perfecto y la idea de cederlo fue del secretario de Cultura, José Nun”, aclaró Vacaro.

María Kodama

Respecto de María Kodama, la viuda de Borges, Alejandro Vaccaro cree que no puede haber objeciones al museo. Kodama fue secretaria del escritor desde 1975 y se casó con él en 1986, un mes antes de que muriera en Ginebra. “Ella es heredera de los derechos de su obra, pero nosotros no pensamos publicar sus libros”, subrayó.

Las relaciones entre Kodama y Vaccaro no son buenas. El biógrafo de Jorge Luis Borges estuvo muy cerca de Uveda, más conocida como Fanny, quien fue la empleada de la familia Borges y la mujer que cuidó del escritor y de su madre por más de 35 años. A partir de sus conversaciones con Fanny, Vaccaro escribió El señor Borges.

En esa obra se indica que, poco antes de morir, el escritor cambió su testamento original, en el cual dejaba la mitad de sus bienes a Fanny, por otro que desviaba ese patrimonio a Kodama. La empleada fue despedida y acusada por la viuda de llevarse trastos de cocina y una foto de su empleador.

La buena literatura no tiene precio

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Hoy se pueden conseguir libros regalados en mesas de saldos, o leerlos gratis por internet. El mundo del lector insomne es vasto y generoso.

por Beatriz Sarlo
bsarlo@viva.clarin.com.ar

Hace una semana comenté en esta columna el libro de poemas que había comprado por un peso. Después me quedé pensando que, si yo lo hubiera comprado a los doce o trece años, uno de los poemas incluidos seguramente me hubiera dado vuelta, por su carácter misterioso, erótico, romántico y levemente siniestro. Catorce líneas de Arthur Rimbaud, a quien yo leí por primera vez también a los doce años, porque una profesora me mandó a copiar textos para mejorar mi ortografía. Todavía sé de memoria los primeros versos de aquel poema sobre un soldado muerto que parecía dormir.

Se puede empezar a leer por cualquier parte, incluso se puede empezar creyendo que simplemente se cumple la tarea tediosa de aprender ortografía. Pero hay un momento en que se siente una impresión física diferente, casi diría que se escucha el movimiento de piezas sólidas que se acomodan dentro de la cabeza, y ¡ploc! se ha empezado a leer.

No sé muy bien qué es lo que prepara ese momento crucial. En mi caso fueron libros infantiles, la famosa y multigeneracional Colección Robin Hood (con sus ilustradas tapas amarillas), historietas, cuentos escuchados en voz alta, poemas que recitaban otros que me parecían al mismo tiempo incomprensibles y ridículos: "Un poeta joven de la dulce Francia que lleva sin mengua su estirpe gloriosa"... ¿Qué podía querer decir eso?, me preguntaba, y como no tenía respuesta, me reía. Pero llegó ese poema de Rimbaud, y las cosas empezaron a cambiar a la carrera.

Organizaba expediciones a una librería y papelería bastante grande que (cosa inaudita para las formas de venta actuales) tenía una pared completamente cubierta con los libros de la famosísima Colección Austral de Espasa Calpe, autobiografías y biografías, relatos de viajes, novelas. El catálogo de la Colección estaba siempre impreso en las páginas finales de todos sus libros.

Por lo tanto, un lector que careciera de mapas y de cultura, demasiado vergonzoso para consultar, podía elegir un libro de ese catálogo en su casa, calcular por unas estrellitas que acompañaban el título si se trataba de un volumen simple o especial, juntar pacientemente el dinero e ir a comprarlo. Era poca plata, tan poca como la que vale un libro en las actuales librerías de saldos que no venden usados sino libros relativamente nuevos a precios rebajados. Son remanentes de grandes colecciones, muchas de ellas publicadas por diarios locales o por editoriales españolas. Se puede construir una primera biblioteca, la de la adolescencia, comprando sólo saldos.

Pero, como fuente prácticamente inagotable, está internet. Nadie o muy pocos hipotetizaron hace quince años que Internet podía ser el sueño de un lector insomne y sediento. La Biblioteca Gutenberg fue el primer proyecto de libros digitalizados, pero después vinieron las páginas de grandes centros, como el Instituto Cervantes. Un amigo me dijo el otro día: "Todo lo que puede comprarse está, de algún modo, gratis en la web, música incluida". Leer en pantalla es muy difícil, porque hay que romper el hábito de deslizarse, que es la forma de uso propia de internet. Mantenerse en una misma pantalla hasta concluirla implica una decisión de hierro que pone en juego la fuerza de dos deseos contrapuestos: el deseo de la lectura y el deseo del paseo por la web. No sé si pueden compatibilizarse del todo. Voy a la Gutenberg por capricho para ver cómo es exactamente el comienzo de una novela que no tengo a mano, o leer un cuento de un autor que hace mucho pasé por alto. Siempre fragmentos. Pero casi todos los días.

Entre la colección Austral, imponente e intimidatoria en los altos estantes de aquella librería, y estos libros en pantalla transcurrió gran parte de mi vida como lectora. Asistí a cambios espectaculares: los primeros kioscos de EUDEBA en la calle, donde la gente hacía cola para comprar un ejemplar de gran tamaño del Martín Fierro ilustrado por Castagnino o un paquetito envuelto en celofán de cuatro clásicos argentinos en la edición popular que se llamaba Serie del Siglo y Medio , por los 150 años de la Revolución de Mayo. Libros y fascículos en kioscos de diarios fueron llevados allí, por primera vez, por una de las más increíbles e imaginativas de las editoriales argentinas: el Centro Editor de América Latina. Yo trabajé en esas dos empresas y fui testigo de la mezcla de riesgo, inteligencia y originalidad con que su director, Boris Spivacow, decidió vender libros muy baratos por la calle, sacándolos del recinto exclusivo de las librerías.

A Boris Spivacow le gustaba contar su iniciación con los libros. Hijo de un inmigrante judío muy pobre, de chico caminaba en vez de tomar un tranvía para ahorrar las monedas con que iba a comprarse los tomitos de la colección española Calpe, de tapas amarillas, biblioteca literaria y política que figura en la biografía intelectual de muchos progresistas argentinos nacidos a comienzos del siglo XX. La historia de Spivacow tiene algo de excesivamente ejemplar cuando se la recuerda hoy. Quien la escucha puede pensar que se trata de un capítulo voluntarista, heroico e irrepetible de la cultura de este país.

Friday, September 07, 2007

Macedonio Fernández, padre de la vanguardia literaria

Servicios Google/Clarín, Argentina
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Nuevo volumen de la "Historia crítica de la literatura argentina", que dirige Noé Jitrik.
Mónica López Ocón ESPECIAL PARA CLARIN

La Historia crítica de la literatura argentina dirigida por Noé Jitrik es un amplio proyecto que no entiende la literatura como cronología, ni como una relación causa-efecto entre movimientos y figuras, ni como un registro de nombres consagrados, sino que se estructura en torno a problemas específicos, a núcleos de cambio a partir de los cuales surge una nueva propuesta. De los 12 volúmenes que abarca esta historia, sólo dos están referidos a figuras: el de Sarmiento y el de Macedonio Fernández, que acaba de salir. ¿Cuál es la justificación de estas excepciones y por qué elegir un escritor como Macedonio al que tradicionalmente se le adjudica un carácter insular dentro de la literatura argentina? "Sarmiento y Macedonio -contesta Jitrik- son bisagras entre épocas y concepciones de la literatura. Sarmiento cierra el período colonial y abre el de la literatura más moderna en que la escritura desempeña un papel muy importante. Macedonio es una bisagra. Con él se abre un espacio nuevo que es el de la vanguardia".

La leyenda que rodea a Macedonio lo presenta como un escritor excéntrico que produjo una obra única y encapsulada. Jitrik lo libera de este aislamiento impuesto para señalarlo como un núcleo de irradiación no sólo sobre la literatura, sino también sobre otras manifestaciones. "Borges -dice Jitrik- es un producto de Macedonio. No fue su discípulo, pero creo que iluminó su obra en el trato con él y con la lectura de algunos de sus textos. Con Macedonio se abrieron los ojos de muchos otros escritores. Hasta me atrevería a decir que en la Argentina el desarrollo del humor en todos los niveles, no sería comprensible en su forma actual sin Macedonio".

Elegir este escritor para dedicarle un volumen - que coordinó Roberto Ferro- implicó dejar a Borges. "Pero él es la expresión de una época que se desarrolla a lo largo de 60 años y Macedonio, un instante fulgurante".

Pero más allá de las comparaciones, Macedonio tiene un valor literario específico que para Jitrik coincide con el que tiene la vanguardia. "Como César Vallejo -afirma-, es el emergente de una vanguardia local, criolla, que no sigue la oleada de las europeas".

Este gesto vanguardista contrasta con el realismo que tiene en Manuel Gálvez un exponente paradigmático y a quien Jitrik define como un fotógrafo que anda por el mundo recogiendo personajes existentes y que quiere hacer la novela del drama de la prostituta, del inmigrante, del político. "Macedonio hace un trabajo sobre la palabra y sobre la negación del realismo y dice: 'Yo voy a poner en esta novela personajes que actuaron en otras novelas, mi personaje central es el no existente caballero, no voy a hacer realismo porque el realismo es cosa de vendedores de espejos. Yo quiero hacer realidad y no realismo. Y la realidad pasa por una configuración verbal, por un trabajo sobre la palabra y sobre la imaginación'".

El desarrollo de una filosofía propia es otra de sus cualidades. "El piensa locamente, desde el punto de vista de una lógica filosófica convencional, hace una filosofía criolla". Por eso, sus textos no buscan confortar al lector a través del reconocimiento de personajes y situaciones, sino descolocarlo, obligarlo a pensar. "Hay libros -dice Jitrik- que no dejan dormir porque ellos mismos son insomnes, nos inquietan. La literatura es eso. Y Macedonio es un escritor insomne".

Psicoanálisis tiene sus orígenes en la literatura

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México, 6 Sep (Notimex).- La escritora Rosa Beltrán, autora del libro "Alta infidelidad", aseguró que entre Literatura y Psicología existe una relación difícil aunque antigua para el psicoanálisis, debido a que esta última tiene sus orígenes en las letras universales.

En el marco del ciclo "Literatura y Psicología", Beltrán ofreció una conferencia en el auditorio "Dr. Luis Lara Tapia" en la Facultad de Psicología de la UNAM, donde comentó que el psicoanálisis parte de la literatura y refirió que basta recordar a Sigmund Freud y al filósofo Immanuel Kant.

"Muchos de los conceptos de la disciplina psicoanalítica parten de la literatura y de mitos, pero no solamente eso, pues Freud también fue un gran descubridor de esa estructura profunda, que está inmersa en la tragedia griega", comentó la autora de la obra "El paraíso que fuimos".

Agregó que para muchos escritores ha sido incómoda la relación con el psicoanálisis, al considerar que éste explica o pone de manifiesto el análisis profundo de una obra, lo que en la literatura aparece de manera latente.

Abundó, no obstante, que la lectura psicoanalítica de muchas obras ha sido muy enriquecedora, pues deja ver no solamente lo que la palabra dice, sino también lo que la palabra oculta.

"La palabra es lo que dice, pero dice algo más y de esa huella es lo que se ocupa el psicoanálisis, por ende, lo que éste explica, la literatura lo presenta como un enigma, algo insólito y eso es el material con el que trabaja", dijo la escritora.

También se refirió al libro "Alta infidelidad", novela que tiene como uno de sus nudos temáticos los celos y contempla una puerta de acceso que para ella no han sido explorados.

"Los celos no como una patología, sino ese otro carácter oculto que hace que estos nos despierten de una parte de nosotros que desconocíamos e incluso como herramienta para prolongar las relaciones íntimas y potenciarlas", expresó la escritora.

Asimismo, dijo Beltrán, el enigma que hay entre la represión y el deseo en toda relación de amor pasión y en su novela, aborda dos historias alternas y contradictorias.

"Una de cómo han sido visto los celos de manera no tradicional y en su vinculación con el proceso creativo, y la otra parte es la historia de tres protagonistas que comparten al mismo hombre, que hay una relación de infidelidad de esa pasión que ellas tienen y sus reacciones", comentó la autora de la obra "La corte de los ilusos".

La novela aborda ese vínculo, pero también ese problema de relación de tensión entre el deseo y la represión de éste, así como los momentos en que se pierde, "porque uno no es dueño absoluto de sus decisiones", finalizó.

Encuentros y desencuentros del periodismo y la literatura, eje del congreso de la Bonald

Servicios Google/ lavozdigital, España

Emilio Lledó, Elvira Lindo, Manuel Rivas, Juan José Téllez, Clara Sánchez y Juan Luis Cebrián participarán en la cita Las conferencias se celebrarán los días 17,18 y 19 de octubre.

Falta poco más de un mes para que Jerez centre todas las miradas de la literatura actual y, este año, además, del periodismo. A partir del día 17 de octubre, Emilio Lledó (encargado de impartir la conferencia inaugural), Elvira Lindo, Javier Rioyo, Clara Sánchez y Juan Luis Cebrián -que pronunciará la ponencia de clausura- se reunirán en la ya habitual cita otoñal de la Fundación Caballero Bonald para discutir las convergencias y divergencias de estas dos disciplinas lingüísticas a veces hermanas, a veces enemigas. El congreso, como el pasado año, se celebrará en las instalaciones de los Museos de la Atalaya, en la calle Lealas.

«El periodismo y la literatura han estado vinculados desde antiguo y esos vínculos y diferencias es lo que vamos a tratar con una nómina de intervinientes especialmente brillante», destacó el propio escritor jerezano, José Manuel Caballero Bonald. «Los grandes escritores de libros han sido escritores de periódicos desde que se inventaron», apuntó el titular de la Fundación jerezana. «Sobre todo, en este congreso vamos a intentar que los vínculos del periodismo y la literatura se pongan un poco en claro», sentenció el autor de Dos días de septiembre.

A la presentación oficial del programa asistió la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, que calificó el periodismo como «la piedra angular de las naciones democráticas y avanzadas como la nuestra por su importante función social, atesora además la importante cualidad de actuar, históricamente y en el presente, como impagable vector de la creación literaria».

Sánchez insistió en que «la elección del tema de este año no ha podido ser mejor» y en este noveno congreso «queremos superar el listón del año pasado». Escritor de periódicosEl propio Caballero Bonald se confesó ayer «escritor de periódicos» y recordó que la suya fue «una experiencia grata y enriquecedora.

Lo que no cabe duda es que los periódicos han sido un vehículo esencial de difusión de ideas y que los escritores desde siempre han intervenido en ellos». También se refirió a la aparición de las nuevas tecnologías: «El periodismo, como el libro, no morirá nunca. Siempre prevalecerá la labor que desempeñan los periodistas y nunca podrán ser suplantados por la informática». La misma opinión tiene sobre las páginas culturales de la prensa diaria: «Ocupan un espacio informativo dignísimo».

El gran ausente del noveno congreso de la Fundación Caballero Bonald es el recientemente fallecido escritor y periodista Francisco Umbral para el que el poeta jerezano tuvo unas palabras de elogio: «Umbral fue el ejemplo máximo de escritor que escribía en los periódicos absolutamente preocupado por el estilo pero sin rebajar un ápice su talento de escritor».

vmontero@lavozdigital.es

Tuesday, September 04, 2007

Yo sí soy calderonista

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Pienso que Calderón es bueno. Dice la verdad. Habla de verdades y uno puede vislumbrar su sinceridad. No ha habido simplemente otro como él. No sabe mentir. No sabe jugar con las ánimas de los pueblos así como así.

Por Karla Valenzuela

Yo pienso que Calderón es bueno. Dice la verdad. Habla de verdades y uno puede vislumbrar su sinceridad. No ha habido simplemente otro como él. No sabe mentir. No sabe jugar con las ánimas de los pueblos así como así. No sabe de maldades, pues, eso es todo.

Calderón es simplemente uno de los mejores personajes de nuestra historia: Su amor por la vida, su interminable pasión por la justicia y su afinidad indiscutible hacia el arte lo hacen ser uno de los hombres más inolvidables.

Lo acepto. Los que me conocen saben que antes yo no estaba para nada convencida de que Calderón tuviera siquiera un milímetro de razón. Simple y sencillamente me fastidiaba, me aburría y hasta me daba coraje de que muchas de las personas que yo conozco y que considero inteligentes lo vieran como toda una institución, como un parteaguas, un antes y después en el mundo.

Lo acepto. Nunca fui calderonista, ni siquiera fui de ésas que lo nombrara alguna vez de buena manera. Sencillamente su propuesta parecía no aportarme mucho, no dejarme absolutamente nada que me sirviera para caminar por rumbos más claros por este destino mío.

Pero, amigo lector, hoy todo ha cambiado. Calderón ya no me resulta tan extraño. Es más, hasta casi lo he empezado a querer, a adorar su manera de pensar, esa manera que se vislumbra en lo que he visto sobre él, en lo que he visto que nos ha dejado a todos para la posteridad y que permanece sin que nada ni nadie pueda evitarlo ya.

Y es que cómo no amar sus versos, cómo no pensar que la literatura española, toda la literatura que tenemos, perdería algún sentido si no fuera por las ciento diez comedias y los ya no sé qué tantos autos sacramentales que este hombre, ahora sí que del buen decir, cuenta entre su trayectoria.

Él, a diferencia de otro que ostenta de vez en cuando en ceremonias cívicas un uniforme (que le queda muy mal, por cierto), sí fue un militar y obtuvo grandes méritos en su carrera, aún antes de convertirse en toda una celebridad de la culminación del Barroco.

Él sí sabe lo que es el honor, y lo pone al descubierto en El alcalde de Zalamea. Él sí cuestiona su tiempo, lo reconstruye, lo recrea.

Por eso, (y sin ninguna influencia del buen César Avilés) me declaro hoy mismo calderonista de hueso colorado.

Lástima que haya otros calderones que hagan precisamente lo contrario que Pedro Calderón de la Barca. Lástima que este Calderón que anda por ahí entregando informes a medias, dejando cabos sueltos de sus estrategias mal hechas por donde quiera que camina, no haya aprendido mucho del escritor español con el que comparte apellido. Pero en fin, aunque todo esto de México parezca una pesadilla a veces interminable, qué es la vida, la vida es sueño, y los sueños sueños son.

kvalenzuela@gmail.com

Fernando del Paso: Premio Literatura FIL 2007; “ por libro convergen modelos literarios de Rulfo y Arreola”

Servicios Google/La Crónica, Mexico

Por ser uno de los escritores más importantes de la narrativa española contemporánea y por la profundidad de sus investigaciones para desarrollar novelas como Noticias del Imperio y Palinuro de México, Fernando del Paso fue galardonado con el Premio de Literatura de la Feria Internacional del Libro (FIL) 2007.


La presidenta del jurado, Beatriz Pastor, anunció que por decisión unánime el galardonado recibirá el premio el próximo 24 de noviembre, durante la ceremonia de inauguración de la feria, en Guadalajara, Jalisco. El premio está dotado con 100 mil dólares.


En cuanto a la decisión de la familia de que el premio no llevara el nombre de Juan Rulfo, desde noviembre de 2005, Del Paso dijo que él lo aceptaba “con el nombre original. Que se haya convocado con otro nombre no es mi asunto”.


Sobre su obra, comentó que no se ha arrepentido de nada de lo que ha escrito “ni en novela ni en el periodismo”, aunque reconoció que actualmente no diría algunas de las cosas que expresó.
Del Paso nació en 1935 en el DF y desde hace más de 10 años vive en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Actualmente es considerado como uno de los escritores más importantes del siglo XX en América Latina.


El jurado estuvo integrado por los mexicanos Gonzalo Celorio, Rubén Gallo, Gustavo Guerrero (Venezuela), Suzanne Jill Levine (EU), Julio Ortega (Perú), Beatriz Pastor (España) y William Rowe (Reino Unido).


La acta que da mención a Fernando del Paso como el ganador del premio, explica que la obra del autor se caracteriza por un riguroso trabajo de investigación y, al mismo tiempo, experimenta con formas narrativas y recursos literarios novedosos.


En su prosa convergen los modelos literarios de Juan Rulfo y Juan José Arreola, además de que establece un diálogo con la gran tradición de la novela histórica latinoamericana.


Las novelas de Fernando del Paso son José Trigo, Palinuro de México y Noticias del Imperio, las cuales fueron publicadas entre 1966 y 1986 y para la escritura de cada una, el autor dedicó más de 10 años de trabajo.


Noticias del Imperio, en particular, es considerada, como reza el acta del jurado, “una de las novelas históricas más importantes del siglo XX”.


Además de una cuarta novela, Linda 67, publicada en 1995, es autor de una amplia obra dramática, periodística y ensayística, la mayor parte de la cual se publicó reunida en una coedición de la UNAM, el Colegio Nacional y el Fondo de Cultura Económica.