Friday, November 30, 2007

Sufrirá metamorfósis la literatura actual

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Por: Héctor Camero Treviño

Por la forma en que vive el hombre contemporáneo, las novelas tenderán a ser más gráficas que nunca, con lo cual se modificarán las maneras de crear literatura.

Por la forma en que vive el hombre contemporáneo, las novelas tenderán a ser más gráficas que nunca, con lo cual se modificarán las maneras de crear literatura, según consideró el escritor estadounidense Ron Hansen.

Luego de que a lo largo de los años varias de sus obras se han convertido paulatinamente en adaptaciones fílmicas, el también catedrático de la Universidad de Santa Clara estimó que la tendencia para muchas obras literarias será el contener mayor contenido “visual” para satisfacer plenamente a un lector que, ante los ajetreos de la rutina diaria, puede no usar mucho tiempo en descripciones físicas para involucrarse de lleno en otros aspectos de la lectura.

“Ahora es más rápida la vida, cada quien tiene poco tiempo disponible y hay muchas convenciones activas.

En los viejos tiempos, la gente podía sentarse en su mecedora y leer durante horas.

Ahora las historias cortas son más atractivas, y aunque es muy satisfactorio tener el tiempo de meterse de lleno en las vidas y las preocupaciones de los personajes, no dispones como antes del tiempo y ánimo para involucrarte mucho, para encariñarte con ellos, y eso ya llegó a otros medios, por ejemplo ahora lo vemos con los cortes rápidos de los comerciales, pequeñas palabras, actos muy concretos, y eso va a influenciar necesariamente lo que hacemos”.

Como prueba de esa “visualización de una novela”, el entrevistado no escatima recursos para hablar de “El Asesinato de Jesse James por parte del Cobarde Robert Ford”, una obra suya lanzada en 1983 y que 24 años después ha sido filmada por Andrew Dominik, a la vez que estrenada hace poco más de una semana en el Distrito Federal.

En esta puesta, el joven Robert Ford, protagonizado por el actor Casey Afleck (hermano de Ben), se une a la cabalgata del legendario pistolero Jesse James, protagonizado por Brad Pitt, para formar parte de sus travesías y logra un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para asesinar a James o capturarlo, según resultara más conveniente.

Al enfrentarse a un desarmado James, Ford enfrenta los enredos de dicha fama, primero siendo condecorado como un héroe nacional pero insultado por la sociedad en la medida que se enteran de los buenos propósitos de James y la cobarde forma en que fue traicionado por alguien como Ford.

El hecho de que haya logrado llegarlas pantallas genera una alta expectativa para el autor, ya que después de vender cuando mucho 20 mil copias en 20 años, espera que las cifras rebasen las 200 mil, en la medida que más gente interesada meter de lleno en este hecho real, lo cual involucra que los cinéfilos se quieran acercar al autor y conocer otras de sus obras.

“En la actualidad me considero más un observador de películas que un escritor, es más lo que he visto que leído, y como estudiante siempre quise ser un guionista, me gusta estar en los sets de mis obras.

Creo que como pintor tengo un estilo visual muy formado y puedo decir: eso va a ser película, otros lo ven igual, aprenden un poco de economía, saben que la tendencia es elaborar libros más cortos, propensos a lo peliculesco y que las escenas hablan más de los caracteres y no se necesita escribir tanto de ello, lo que aprendimos del cine es eso”.

“Mariette in Ecstasy” y “Atticus” son otras dos novelas de Hansen que también llegaron a la pantalla grande, por lo que dice, sin intentar “crear” para el cine, los productos literarios tienen la tendencia a poder ser leídos o vistos, lo cual dijo, no es necesariamente negativo, en el sentido de que mientras sea artístico, seguirá generando un valor agregado para sus receptores.

“He sido elogiado por algunos críticos, quienes revisan los diálogos en la película y en el libro, mi expectativa es que en la medida que saque más libros se va a esperar más de uno.

Estoy viendo siempre al futuro, y gracias a que leo los manuscritos y las películas me digo: pude haber hecho esto mejor”, en realidad hay un buen libro aún por escribirse”.

'La Grieta', última novela de Lessing, ganadora del Nobel, llega a España

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quot;The Cleft' (La Grieta), última novela de la escritora británica Doris Lessing, ganadora del Nobel de Literatura en su última edición, llega a las librerías españolas editada por Lumen, en una narración de ciencia-ficción que imagina un mundo sólo de mujeres en el que de pronto aparecen los hombres.

La autora Doris Lessing, en una imagen de archivo.


La grieta, última novela de lessing, ganadora del

La concesión del Nobel a la autora ha hecho que se reediten muchos de sus sesenta títulos publicados, dispersos entre ocho editoriales, y de los cuales la editorial Lumen pone en las librerías 'La Grieta', escrita este año, y reedita 'Memorias de una superviviente' (1974) y 'De nuevo, el amor', publicada en 1996.

Con la reedición de muchos de sus títulos clásicos, las editoriales que han trabajado con la escritora tratan de paliar la escasez de obras de Lessing que se podían encontrar en las librerías españolas el pasado 11 de octubre, cuando la concesión del Nobel sorprendió a los principales suministradores de literatura con escasísimos ejemplares en sus estantes.

Doris Lessing, nacida en Persia (actual Irán) en 1919, se trasladó a los cinco años a vivir a Rodesia (hoy Zimbabue), dónde pasó su infancia y juventud, en un periodo que quedaría después plasmado en su obra, especialmente por su oposición a la discriminación racial.

A los 36 años, tras dos matrimonios fallidos y tres hijos -a dos de los cuales dejó con su primer marido- se traslada a Londres con su tercer hijo, dónde inicia su carrera literaria, en la que lleva más de medio siglo, y un año después publica su novela 'Canta la hierba', un texto sobre la vida en África que ya irradia su oposición a la política racial.

Comprometida con el mundo de la mujer, escribió en 1952 su primera obra de reflexión en ese sentido, titulada 'Martha Quest' y primera de las cinco obras de la serie 'Los hijos de la violencia', aunque es 'El cuaderno dorado' (1962), la novela más conocida de Lessing, la obra que la convirtió en símbolo de la batalla por la liberación de la mujer.

La autora, quien a sus 88 años no podrá viajar a Estocolmo el próximo 10 de diciembre para recoger el galardón concedido por la Academia Sueca y hará su discurso por videoconferencia, sigue escandalizando, como prueba el hecho de que el lenguaje escabroso de su novela más reciente, 'La grieta', ofendió a su correctora de pruebas hasta el punto de que dejó de trabajar en el libro.

La obra que ahora edita en España Lumen narra la historia mitológica de unas mujeres conocidas como las clefts (grieta o hendidura), que viven sin necesidad de aventuras sexuales ni de hombres y que sólo dan a luz a niñas, hasta que su armonía salta por los aires ante el nacimiento de unos hijos varones, los squirts (chiquitajo), nombres que hacen referencia al aparato reproductivo.

'Memorias de una superviviente' (1974), reeditada tras la concesión del Premio, es una fábula sobre el fin de la civilización y la esperanza del renacer de las relaciones humanas, mientras que 'De nuevo, el amor' (1996), escrita cuando Lessing tenía casi 80 años, narra la historia de una dramaturga de 65 años viuda que se enamora en su madurez.

Literatura juvenil: los ingleses, desde lo fantástico a lo real

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MONTREUIL, Francia (AFP) — Estrella del Salón del Libro de Montreuil (periferia de París), la literatura para jóvenes anglosajona prospera en el filón de lo fantástico, pero la nueva ola aborda también, a veces crudamente, los problemas reales de los adolescentes.

Melvin Burgess, Anne Cassidy, Meg Rosoff, Celia Ress... Los autores invitados al salón preparan el periodo post-Harry Potter. Herederos de una tradición que remonta al siglo XVIII con Jonathan Swift, y luego Charles Dickens, y que se ha impuesto en el mundo.

Un nombre resume para ellos el éxito actual de au literatura: J.K. Rowling, la creadora de Harry Potter. "Es un fenómeno. Está de moda denigrarla, pero lo que ella ha hecho por la literatura es enorme", afirma Philip Kerr, autor de una trilogía de novelas juveniles traducida a 35 idiomas.

Conocido inicialmente por sus novelas policiales, Kerr, de 51 años de edad, escribe para los niños desde hace cuatro años. "Yo escribía policiales violentos, lo cual se presta a escribir para los niños, a lo que les gusta lo que da miedo", dice.

Kerr, cuyo universo literario está poblado de duendes y magos, se inscribe en la vena fantástica. "Los anglosajones no se toman en serio, aunque yo trabajo muy seriamente. Es muy distinto escribir para los niños", dice.

Otros autores evitan ese género, y optan, por el contrario, por abordar realidades más duras.

"La literatura en inglés vuela hacia lo imaginario o acerca a la más pura realidad. Siempre en el exceso", resume Sylvie Goffinet, encargada de literautra juvenil de la librería inglesa WH Smith de París.

Melvin Burgess, autor de "Billy Elliott", es uno de los mejores representantes de realismo social a la inglesa. En "Junk" o "Lady", describe en un estilo por momentos sumamente crudo la vida de adolescentes de los barrios pobres, entre droga, alcohol y descubrimiento de la sexualidad.

Una opción que se inscribe en la tradición de Dickens, gran explorador de los bajos fondos y de la miseria en la época victoriana.

En Estados Unidos, Hellen Hopkins cuenta en "Crank" o "Impulso" historias de adolescentes que incluyen drogas y tentativas de suicidio.

"Se trata del medio más sombrío de Estados Unidos, y no se intenta suavizarlo. Incluso el lenguaje es crudo", señala la librera Gaëlle Lelou.

Wednesday, November 28, 2007

Lessing, demasiado enferma para recoger el Nobel de Literatura

Servicios Google/AFP

Doris Lessing, la escritora británica galardonada con el Premio Nobel de Literatura 2007, no asistirá a la ceremonia de entrega de esta recompensa en Estocolmo el 10 de diciembre debido a su enfermedad, anunció este miércoles la Fundación Nobel.

"Doris Lessing está enferma desde hace tiempo, pero tenía esperanzas de poder venir a Estocolmo. Lamentablemente, sus asesores médicos han dicho que no debe viajar", anunció la Fundación en un comunicado. La medalla Nobel y el diploma, junto con el dinero del premio, 10 millones de kronor suecos (1,1 millones de euros), serán entregados a Lessing en Londres, agrega dicho texto.

Doris Lessing, que cumplió 88 años el 22 de octubre, es tan sólo la 11ª mujer que ha ganado el premio desde que fue adjudicado por primera vez, en 1901. La Academia Sueca describió a la autora de 'The Golden Notebook' como "la narradora épica de la experiencia femenina que con escepticismo, ardor y fuerza visionaria estudia una civilización dividida". Durante cinco décadas, sus novelas épicas cubrieron el feminismo y la política, así como su juventud en África.

Los escritores que reciben el Premio Nobel de Literatura generalmente dan una conferencia en la Academia Sueca en Estocolmo unos días antes de la ceremonia de entrega del galardón, que todos los años se realiza el 10 de diciembre. La Conferencia Nobel de Lessing filmada con anticipación será presentada en una gran pantalla en la Academia Sueca el 7 de diciembre.

Monday, November 26, 2007

“La literatura sirve como elemento sensibilizante"

Entrevista. Jorge Mario Múnera.
El fotógrafo colombiano visita por primera vez Guadalajara con la muestra 80 escritores colombianos después del boom.

Guadalajara/Édgar Velasco Barajas
Servicios Google/Público.com. Mx

Hace algunos años, Jorge Mario Múnera hurgó en el archivo fotográfico que, sobre escritores, había en Colombia. Lo que encontró no lo dejó satisfecho. “No había un archivo que fuera representativo”, dice el artista de la lente. Luego del desencanto, tomó una decisión: elaborar, él mismo, un catálogo de retratos de escritores. Y se planteó dos condiciones: una, que fueran posteriores al llamado boom, es decir, que no estuvieran en la serie nombres como Gabriel García Márquez y Álvaro Mutis. La segunda, que los escritores “hayan escrito una media docena de libros por lo menos, es decir, que tengan una obra representativa. De lo contrario, no terminaría”. Así dio forma a la exposición 80 escritores colombianos después del boom, que desde el pasado jueves se exhibe en el Centro Cultural Casa Vallarta.

El trabajo fotográfico de Jorge Mario Múnera (Medellín, 1953) ha estado centrado, sobre todo, en el campo de la fotografía humanista y editorial. Ha expuesto en Bogotá, Medellín y Cali, en Colombia, así como en Cuba y México, aunque ésta es su primera visita a Guadalajara. De la exposición que lo trae a la ciudad, Múnera afirma que “más allá de hacerla ‘vanidoteca’ literaria colombiana, representa la oportunidad de mostrarle a la gente a un grupo de colombianos cuya palabra es creíble en un medio donde ésta había perdido todo su peso. Es un grupo de ciudadanos que enfrentan su conflicto personal y social a través de la creatividad y la palabra”.

¿Hubo algún otro criterio para seleccionar a los autores?

Sólo los que ya mencionaba, ningún otro. No involucro gustos personales o grupos ni persigo un propósito antológico o crítico. Busco, eso sí, que la serie sea lo más amplia y representativa posible.

¿Cuáles son los principales retos?

Básicamente son dos: el primero, poder ver al personaje, y al decir verlo quiero decir comprender su psicología: dejar que el personaje aflore y se muestre. El segundo desafío, que es muy interesante, es la selección del fondo, del escenario. No es un juego de palabras, pero es, literalmente, un asunto de fondo. Prácticamente todos los retratos han sido en escenarios que existen en la literatura de cada autor, o por lo menos lo más cercano.

¿Existe un vínculo fuerte entre la literatura y la fotografía?

Eso sería motivo para un tratado o una conversación de varios meses, porque la literatura y la fotografía latinoamericana están más unidas de lo que se puede pensar. No sé de otra fotografía que haya producido, por ejemplo, a un Rulfo o a un Cortázar, que han sido escritores maravillosos y, al mismo tiempo, excelentes fotógrafos. Uno comienza a leer la literatura latinoamericana y se da cuenta de que la presencia de la fotografía es abrumadora. Y viceversa, porque la literatura ha permitido a los fotógrafos ver unos espacios fotográficos que sólo nacen de la lectura de esos textos. La literatura sirve como elemento sensibilizante, para ver cosas que antes no se veían.

En México Lola Álvarez Bravo realizó un trabajo similar, ¿marcó algún tipo de influencia?

Conozco ese trabajo, pero a su vez Lola fue muy influenciada por lo que se había hecho antes. Curiosamente, una vez inventado el daguerrotipo, los primeros fotografiados son los grandes escritores franceses. El retrato de escritores está presente desde el principio de la fotografía. Más que una influencia, es la continuación de una de las vetas principales de la fotografía, que tiene una amplia tradición en México pero que no se había dado en Colombia. Lo que sí es un hecho, más allá de este caso concreto, es la profunda influencia de la fotografía mexicana en la latinoamericana. El trabajo de Manuel Álvarez Bravo es muy importante y también el de las generaciones posteriores, que han tenido, y tienen sin duda, una gran influencia en el contexto de la foto latinoamericana.

¿Qué tan fuerte es la influencia mexicana en Colombia? ¿Es algo recíproco?

Ha existido una corriente de doble flujo, en el sentido de que aquí han trabajado y se han formado fotógrafos colombianos muy importantes. La reciprocidad obviamente es menor, porque la fotografía colombiana no ha logrado una difusión que genere repercusiones acá. Falta abrir canales, porque ya hubo un momento de comunicación de doble sentido interesante, en los años setenta, durante la que se generó una primera conciencia del continente fotográfico latinoamericano.

Fernando del Paso colecciona colombianos

Servicios Google/El tiempo, Bogotá, Co

Llegaron a pensar que él (1935), ganador del segundo Premio FIL de Literatura, no asistiría a recibirlo en la ceremonia inaugural de la feria. Apenas el domingo pasado lo operaron de emergencia.

Por eso, sus palabras de aceptación estaban consignadas en un video que comenzaba: "Los discursos no se dedican. O eso parece".

En su presencia, sentado entre Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, alcanzaron a escucharse esas dos frases antes de que Del Paso interrumpiera la proyección para leer su discurso en el momento.

Después de explicar que estaba presente con autorización médica y que no asistiría a los demás compromisos porque volvería al hospital, el autor de Noticias del Imperio, les dedicó el discurso a dos amigos suyos, escritores: el colombiano Antonio Montaña y el mexicano José de la Colina, que fueron sus "primeros maestros y compañeros literarios".

Del Paso anunció que el suyo sería un discurso 'embutido' porque tocaría muchos temas (tal como, según él, fue su novela José Trigo, escrita a los 27 años, cuando padecía de un cáncer). Evocó su amistad con Juan Rulfo, en cuyo nombre se instituyó el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe, ahora Premio FIL.

Y a lo largo del recuento dejó claro por qué él lo sigue llamando por su nombre original. Porque Del Paso, actual director de la Biblioteca Octavio Paz, de la Universidad de Guadalajara, ayudó a crearlo hace más de 17 años. Y se desvinculó del galardón cuando vio que él mismo era candidato a recibirlo.

Del Paso resaltó su alegría porque su premio coincide con que Colombia es el país invitado de honor a la feria. "Es el país de América Latina que más quiero, a excepción de México y Costa Rica (...). Déjenme decirles que yo gozo un ajiaco, con sus guascas y su buena variedad de papas, tanto o más que un colombiano en el exilio (...). Y ya no como colombiano imaginario o postizo, sino como mexicano y latinoamericano, me duele la larga, infinita violencia que ha sufrido ese país tan querido".

Amigos nunca olvidados

Y dijo que el nacimiento de su devoción por Colombia se debe al "primer dedicatario" de su discurso: Antonio Montaña, que le presentó a De la Colina y a Mutis. Evocó los momentos en que juntos: Del Paso, Montaña y De la Colina se reunían los sábados en su casa, cada uno con una Olivetti portátil para escribir "si no al alimón, sí al unísono". Y recordó cómo el moisés del hijo mayor del pintor Fernando Botero terminó acunando a su primer hijo, por intermediación de Montaña.

"Cuando Montaña regresó a Colombia, nos dejó, como regalo, un cuadro de Botero. No sabía, entonces, que nos estaba regalando una casa", leyó Del Paso, en un emotivo y lento discurso interrumpido muchas veces por el flujo nasal.

Más adelante, Del Paso exaltó su amistad con Mutis, a quien evocó cuando hacía la locución de Los Intocables, y con García Márquez, a quien pudo ver cuando estaba escribiendo Cien años de soledad.

"Y después y con el correr del tiempo -agregó- mi esposa y yo seguimos coleccionando colombianos. Amigos muy queridos, nunca olvidados, entre ellos Nicolás Suescún, Fernando Arbeláez, Juan Clímaco Arbeláez, Néstor Sánchez, 'Pacho' Norden, Nancy Vicens, Juan Gustavo Cobo Borda, R.H. Moreno Durán, Bernardo Hoyos, y muchos más".

'Le presté el entusiasmo por los libros'

La primera dedicatoria del escritor Fernando del Paso al recibir el segundo Premio de la Feria del Libro de Guadalajara, el pasado sábado, fue para el escritor e intelectual colombiano Antonio Montaña.

Su entrañable amistad comenzó a principios de los 50, después de que Montaña se exiliara en México.

Se conocieron en una compañía de publicidad, donde ambos trabajaban como copies, algo que Montaña alternaba con su carrera de filosofía y letras. "Fue una amistad muy a fondo. No nos tomábamos una cerveza sin leer antes a Quevedo. Cuando nos aburríamos de la pobreza de vender jabones y papel higiénico, qué mejor cura que algo tan noble como el idioma", dice Montaña, que actualmente escribe Dineros del diablo, un libro sobre las desventuras de la economía colombiana.

"Él era ajeno a la literatura, pero manejaba un español maravilloso sin ser todavía un español culto. Yo le presté el entusiasmo por los libros", comenta.

El día en que se hizo pública la noticia del premio a Del Paso, Montaña lo llamó a México. Pudieron hablar muy poco, pero ambos se emocionaron. Se habían visto por última vez hacía dos años, en Bogotá. Del Paso vino de visita.

Una de sus tareas fue rastrear un texto -el primero que escribió- que le había enviado a Montaña, cuando este ya había regresado a Colombia, para que le ayudara a publicarlo en el suplemento cultural de EL TIEMPO. El texto nunca apareció ni fue publicado. Del Paso no tenía copia. "Nos entristeció que se hubiera perdido para siempre", concluye Montaña.

LILIANA MARTÍNEZ POLO
ENVIADA ESPECIAL DE EL TIEMPO
GUADALAJARA (MÉXICO)

Rompe Gabo pacto de silencio con Mutis en homenaje de FIL

Expresa García Márquez un emotivo ¡Cuánto queremos a Álvaro Mutis!

Yanet Aguilar Sosa
El Universal
Guadalajara, Jal, Mx.
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El Premio Nobel de Literatura 1982, Gabriel García Márquez, rompió el silencio que lo caracteriza. Fue breve pero emotivo al hablar de su amigo de toda la vida Álvaro Mutis. “Es un pacto tan serio, tan entrañable y tan útil que creo que iría contra nuestros principios y contra nuestra amistad, que yo dijera ahora algo más de lo que vine a decir que es “¡Cuanto queremos a Álvaro Mutis!”.

Durante el Homenaje que Colombia le rindió al escritor nacido en Bogotá el 25 de agosto de 1923, Gabriel García Márquez mantuvo el pacto entre caballeros que firmaron con Mutis para no hablar en público de sus historias personales; sin embargo, no pudo evitar que el ex presidente de Colombia, Belisario Betancur leyera el discurso en el que hizo públicas varias anécdotas con el creador de Maqroll, el Gaviero, cuando a éste le celebraron su 70 aniversario en la Casa presidencial de su país.

A Álvaro Mutis se le notó algo agotado, incluso se dolió de la espalda cuando se levantó para dejar su lugar en la mesa de honor durante algunos minutos; a pesar de todo agradeció “la ola maravillosa de cariño firme, certero, auténtico; realmente ahí sí, como dicen los famosos oradores; no tengo palabras”.

En pocas palabras dijo estar muy conmocionado y “sólo me queda contarle un día a Maqroll toda esta tarde magnífica que hemos pasado, ustedes y yo. Un abrazo para todos”.

Con esas palabras concluyó el homenaje en el que le regalaron un libro conmemorativo con textos de varios amigos como Gabriel García Márquez y con audios de algunas de sus obra en su propia voz.

Sunday, November 25, 2007

Emilio Linder, un maduro profesor de literatura, en Yepeto

Servicios Google/iberarte, España
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Por David Felipe Arranz
La literatura convertida en remedio y, a la vez, enfermedad del amor. La poesía como salteadora de los caminos de las almas incautas y la rutina de los días. Yepeto, la aguda obra escrita por el argentino Roberto Cossa y dirigida por Indalecio Corugedo, está interpretada por un inmenso Emilio Linder, en estado de gracia, al que acompaña el joven actor Álex Barahona.

La adaptación y actualización del texto, que ha corrido a cargo de Corugedo y del propio Linder, plantea en algo más de una hora los encuentros y desencuentros, las vacilaciones y acercamientos de un profesor de literatura y un joven alumno, Antonio, enamorados ambos de Cecilia, el personaje implícito que cierra este triángulo vital y amoroso y que nunca aparece en escena. Como la Dulcinea de El Quijote, Cecilia no constituye sino un pretexto para que cada uno de ellos despliegue sus sueños, sus neuras, sus represiones y dejen aflorar sus anhelos frustrados, representados en una ludópata del amor cuya importancia va desapareciendo a medida que los dos descubren lo efímeras y absurdas que resultan las preocupaciones cotidianas procedentes de los vaivenes sentimentales frente a los grandes valores: la amistad, la literatura... y la salud para disfrutarlas.

En estos momentos, Yepeto se encuentra de gira por la Comunidad de Madrid, a la espera de su gran estreno en el Teatro Nuevo Alcalá de Madrid, en enero de 2008. Narrada con estilo cinematográfico, acudiendo a la sintaxis de planos, escenas y secuencias, conocida por un cinéfilo como lo es el director de la obra, el catedrático de Económicas y cortometrajista Indalecio Corugedo, Yepeto (1987) ofrece un divertimento inteligente, ácido, que no ha envejecido un ápice y, a manera de cachetada metafísica -como decía Cortázar-, un espejo donde mirarse profesores, alumnos y, en general, todo el mundo que alguna vez haya sentido la necesidad de dialogar de forma objetiva y fraterna con su rival en amores. Cossa, uno de los directores de referencia del teatro argentino actual e impulsor del Teatro Abierto que aglutinó fuerzas artísticas contra la dictadura militar, ha construido unos diálogos muy frescos, ágiles y que apelan a una sonrisa cómplice, trufados de guiños literarios y filosóficos.

Tras ser seducido por Cecilia, sentado en su estudio, escribiendo un cuento ambientado en las Guerras Napoleónicas y fumando tabaco natural, el profesor se sumerge en una vorágine mental, a caballo entre la ficción y la realidad, con su propia decrepitud física como telón de fondo. Hasta allí llega Antonio (Álex Barahona), quien lleva a una semana sin verla, inquiriendo al literato y tratando de averiguar si entre los dos existe algún tipo de relación que va más allá de la docente. Emilio Linder, actor argentino afincado en España desde 1972, donde ha desarrollado toda su carrera artística, realiza un soberbio recital, adaptándose como un guante a la esencia del personaje a través de la técnica naturalista y de la experiencia acumulada en anteriores y espléndidos trabajos realizados bajo la dirección de Lindsay Kemp, Ángel Ruggiero y Juan Carlos Corazza. El trabajo de Barahona sirve de perfecto complemento y de sparring a los parlamentos y ademanes otoñales del maduro protagonista, que siempre se mueve entre la falsa superficialidad, el desengaño doliente y la soledad más profunda.

David Felipe Arranz* David Felipe Arranz es filólogo y periodista. Ha trabajado en medios como Radio España, Radio Círculo y en la actualidad colabora en la prensa cultural e imparte clases en el Máster de Gestión Cultural de la Universidad Carlos III de Madrid. Participa de forma habitual en congresos y jornadas sobre lengua española, literatura y cine. Es coautor de El Quijote en el cine (Madrid, Jaguar, 2005) y El universo de Alfred Hitchcock (Madrid, Notorius, 2006).

- Yepeto, de Roberto Cossa. Dirigida por Indalecio Corugedo. Interpretada por Emilio Linder y Álex Barahona. Teatro Nuevo Alcalá en enero de 2008.

Friday, November 23, 2007

LITERATURA-CUBA: Los perros del asesino de Trotsky

Por Dalia Acosta

LA HABANA, nov (IPS) - El hombre que mató a León Trotsky por encargo de los servicios secretos soviéticos y pasó 20 años en una prisión mexicana sin hablar se radicó al final de sus días en la capital cubana, donde solía pasear a diario con sus perros por la Quinta Avenida del residencial barrio de Miramar.

Y fue en esa quinta avenida donde el cineasta cubano Tomás Gutiérrez Alea (1928-1996) vio por primera vez aquellos perros y entendió que eran los ejemplares idóneos para su último filme, en el cual narra la historia de una familia de la alta burguesía cubana que se aísla en su mansión para ignorar los cambios que sucedieron al triunfo de la Revolución en 1959.

Los perros del catalán Ramón Mercader del Río (1914-1978), conocido entonces en la isla como Jaime Ramón, han sido vistos por muchas personas en el mundo en las secuencias de "Los sobrevivientes" (1978), una de las obras maestras del director de "Memorias del Subdesarrollo" (1968) y "Fresa y Chocolate" (1993).

"Nunca hubo perros así en Cuba, ni los ha vuelto a haber", dijo a IPS el escritor cubano Leonardo Padura, quien trabaja en los últimos detalles de una novela alrededor de las "peripecias, intrigas y persecuciones" que rodearon el exilio y el asesinato en México de Trotsky (1879-1940), uno de los principales líderes de la llamada Revolución de Octubre (Rusia, 1917).

"Una novela como esa sólo se puede escribir obsesionado con esta historia", comentó el periodista y narrador, autor de obras literarias que ahondan en la realidad cubana actual como "Vientos de Cuaresma" (1994), "Pasado perfecto" (1995), "Máscaras" (1997), "Paisaje de Otoño" (1998), "La novela de mi vida" (2001) y "La neblina del ayer" (2005)

"El hombre que amaba los perros", un título con el que Padura pretende rendir homenaje al escritor estadounidense Raymond Chandler (1888-1959), se cuenta en tres líneas paralelas: el exilio de Trotsky desde 1929 hasta su muerte en 1940, la preparación y ejecución de su asesinato y el destino posterior del asesino o "brazo ejecutor", en Moscú y luego en Cuba.

Padura cuenta el recorrido del exiliado Trotsky por Alma-Ata (Kazajstán), Turquía, Francia, Noruega y su estancia definitiva en una "casa-fortaleza" en Coyoacán, ciudad de México. Y, por otro lado, sigue los pasos de Mercader del Río desde sus tiempos como soldado del Ejército Popular español, Moscú, Francia, Nueva York y México.

Como en sus libros policíacos, donde la trama es sólo un pretexto para ahondar en la sociedad cubana, el novelista parte de lo que considera uno de los asesinatos más significativos del siglo XX, para ahondar en la lucha por el poder tras la muerte de Vladimir Ilich Lenin (1870-1924) y el ascenso del fascismo.

"(Joseph) Stalin y Trotsky pensaban de dos modos diversos sobre la revolución. Stalin, para consolidar su poder, se aferrró a su teoría del socialismo en un solo país, y coartó todo atisbo de democracia y pluralidad. Trotsky, con su teoría de la revolución permanente, pensaba que la victoria en Rusia era sólo un paso para luego seguir por Europa".

"Pero Stalin prácticamente traicionó a la posible revolución china en 1926-1927, no permitió una alianza entre las fuerzas de izquierda en Alemania que pudieron evitar el ascenso de Adolf Hitler al poder, maniató a la Internacional Comunista y en España, durante la guerra civil (1936-1939), exigió que se luchara por la victoria sin hacer la revolución. Era el menos brillante, pero demostró ser el más astuto y sibilino.

"Trotsky era brillante, orador, culto, mundano, famoso y mítico. Eliminar a Trotsky se convirtió en una exigencia para que Stalin pudiera conseguir la preeminencia y el poder absoluto, incluso la posibilidad de reescribir la historia y robarse un protagonismo que nunca tuvo".

El final se conoce desde el inicio, lo importante es el cómo. "¿Por qué se frustró la gran utopía del siglo XX? Simbólicamente es lo que quiero llevar a la novela. La perversión comenzó en los mismos años 20 y el asesinato de Trotsky puso el punto final a cualquier salvación de esta utopía", afirmó el autor.

"Es algo que también tiene que ver con nosotros. El ser humano no puede vivir sin utopía", añadió.

Tres años lleva el novelista cubano trabajando en la obra que espera sea publicada en el otoño de 2008, por la editorial Tusquets, de Barcelona. Durante ese tiempo buscó documentos originales, leyó libros de historia y ficción, consultó mapas urbanos y aprendió casi de memoria los diarios del exilio de Trotsky.

En todo el proceso previo a la escritura, Padura siempre tropezó con el mismo obstáculo: el silencio de Merceder del Río. "Estuvo 20 años en la cárcel en México y no habló, el tiempo que vivió en Moscú desapareció y en Cuba fue un fantasma. Y pensé que alguna vez debía haber tenido muchos deseos de contar su historia", explica.

En la novela, Jaime Ramón le cuenta todo a un joven cubano estudiante de veterinaria que, a pesar de su promesa de no decirle a nadie, 20 años después le pasa todos los detalles a un amigo escritor. Los perros se convierten en la conexión entre Mercader del Río y el muchacho que, a su vez, marca la distancia necesaria entre la histórica y la ficción.

"Como Ramón Mercader amaba los perros, también los amaba el hombre que él asesinó. Trotsky tenía cuatro galgos rusos y cuando parte al exilio a Alma-Ata se lleva uno consigo. El mismo amor lo compartía también el joven veterinario cubano. Cualquiera de ellos puede ser el hombre que amaba a los perros", comenta.(FIN/2007)

Nace André Paul Guillaume Gide,Premio Nobel de Literatura en 1947

La preocupación de Gide sobre la responsabilidad moral individual le llevó a ocupar cargos públicos.

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André Paul Guillaume Gide


Sus novelas, obras de teatro y textos autobiográficos se caracterizan por su exhaustivo análisis de los esfuerzos individuales hacia la autorrealización y por la utilización de conceptos éticos protestantes.
Nacido en París, Francia, hijo de Paul Gide, un profesor en leyes de la Universidad de París, quien falleció en el año 1880. Su tío fue el economista político Charles Gide. Criado en Normandía, con problemas de salud y viviendo prácticamente aislado, se convirtió en un escritor prolífico desde temprana edad. En 1895, luego de la muerte de su madre Juliette Rondeax, contrajo matrimonio con su prima Madeleine Rondeax, pero el vínculo nunca fue consumado.

Sus primeras poesías

En 1891 publicó sus primeras poesías, "Los cuadernos de André Walter" ( Les Cahiers d'André Walter). En 1893 y 1894 Gide viajó por el norte de África. Entabló amistad con Oscar Wilde en Argelia y posteriormente comenzó a reconocer su orientación homosexual. En 1896 fue alcalde de La Roque-Baignard, una comuna en Normandía.

En 1897 publica Los alimentos terrestres, después Prometeo mal encadenado en 1899 y Cartas a Ángela en 1900. En 1908 colaboró en la revista literaria La Nouvelle Revue Française. No será hasta el final de la Primera Guerra Mundial cuando sus obras alcanzan gran renombre.

En la década de 1920 Gide se convirtió en inspiración de escritores como Albert Camus y Jean-Paul Sartre. En 1923 publicó un libro de Fiódor Dostoievski, sin embargo, al defender la homosexualidad en una edición de Corydon en 1924, recibió malas críticas. Más tarde, él mismo consideró que había sido su mejor obra.

En 1923 nació su hija Catherine, hija de María Van Rysselberghe. Su esposa Madeleine falleció en 1938. Posteriormente el utilizó el trasfondo de su matrimonio no consumado en su novela "Et Nunc Manet in Te", de 1951. A partir de 1925 comenzó a pedir mejores condiciones para los criminales, y al año siguiente publicó su autobiografía. "Si la semilla no muere" (Si le grain ne meurt)

Desde julio de 1926 hasta mayo de 1927
Viajó a las colonias francesas en África con su sobrino Marc Allégret. Estuvo en la actual República del Congo, en Oubangui-Chari (actual República Centroafricana), Chad, Camerún y luego de regreso a Francia. Relató sus peregrinaciones en un diario que llamó "Viaje al Congo" y "Regreso de Chad". En estos relatos criticaba el comportamiento de los intereses económicos franceses en el Congo e inspiró una reforma. Particularmente criticaba el régimen de grandes concesiones. Este régimen acordaba qué parte de la colonia se concedía a las empresas francesas y en qué zona se podían explotar los recursos naturales, principalmente el caucho. Relató, por ejemplo, cómo los nativos se vieron forzados a dejar sus pueblos natales durante varias semanas para recolectar caucho en el bosque, comparando esta explotación a la esclavitud.

Durante la década de 1930, brevemente se convirtió en comunista, pero quedó desilusionado luego de su visita a la Unión Soviética. Sus críticas al comunismo le ocasionaron que perdiera varios de sus amigos socialistas, especialmente cuando publicó su libro "Regreso de la URSS" en 1936. En 1933 colaboro con Ígor Stravinski en un ballet, Persephone.

Durante la Segunda Guerra Mundial regreso a África en 1942, y vivió allí hasta el final de la guerra. En 1947 fue ganador del Premio Nobel de Literatura. Falleció el 19 de febrero de 1951. Al año siguiente, la Iglesia Católica incluyó sus obras dentro del Índice de libros prohibidosEn sus novelas a menudo se ocupaba de los dilemas morales que vivió en su propia vida.

La literatura como tabla de salvación

LOS LIBROS Y LOS DÍAS

Guillermo Urbizu


Servicios Google/elsemanaldigital, Madrid

Hay tantos libros para elegir que cuando damos con uno que nos impacta de verdad la alegría es mayúscula. Y no perdemos tiempo. Queremos que lo lean los demás cuanto antes.

La elegancia del erizo, de Muriel Barbery Traducción de Isabel González-Gallarza Seix-Barral. Barcelona, 2007. 364 págs.

Son cada vez más las novelas que se sirven de la pasión literaria como trama. Como rescoldo de la esperanza del hombre a través de unos personajes que reflejan el boceto de una autobiografía. La del escritor. Que es lo que ocurre en La elegancia del erizo, de Muriel Barbery (Seix-Barral). La literatura ejerce una especie de misión redentora, de realidad trascendente y crítica con un mundo que es incapaz de aportar un mínimo de sensibilidad, y ya no digamos de felicidad.

El lector que ande enamorado de los libros disfrutará mucho con esta novela. Y el lector ocasional percibirá que la buena literatura puede salvarnos la vida, tanto de la martingala rutinaria como de la obsesión materialista que nos fustiga el alma con su tedio. La sequía espiritual es tan abrasadora que es muy difícil aguantar. Tanto a la portera Renée Michel como a la niña de 12 años -vecina de la casa- llamada Paloma les es muy difícil respirar ese cúmulo de hipocresía social. Todo un engranaje de supercherías que es incapaz de colmar el anhelo de verdadero afecto que buscan las dos.

El inmueble está situado en una zona muy elegante de París, la calle Grenelle 7. Ahí nos encontramos, de entrada, con la susodicha portera. Una mujer de apariencia vulgar, embutida en sus reducidas cuatro paredes. Pasan los vecinos, y pasamos nosotros… Pero nada es lo que parece. Renée es una mujer de aspecto no muy agradable y de genio bastante vivo y poco simpático. Nada hace sospechar su poderosa vida interior. Porque es una privilegiada.

En efecto, todo lo negativo y doloroso, todo su aburrimiento existencial e incomodidad con los demás, ha encontrado su envés en la literatura. En ese rincón tenemos a una lectora que devora libros. En ellos va encontrando sentido y pasión por la vida. Por su propia vida. Ella es la que da título a la novela. Ella es "la elegancia del erizo". Los pinchos -esa antipatía o "indolencia"- son su defensa, aquello que preserva su alma de la superficial perspectiva que la rodea, y de la que es cada vez más consciente.

Y de ello se da cuenta Paloma, una niña que pese a su edad, percibe esa elegancia, esa vida más plena de Renée. Pero ella no aguanta más, no está dispuesta a soportar por más tiempo la inconsistencia de su familia y esa tremenda soledad. Quiere suicidarse. Y en estas aparecerá un nuevo vecino, un japonés que será como el ángel de la esperanza. Alguien capaz de escuchar, de interesarse por los otros. Alguien a quien no le importa nada lo que puedan decir las comadres del cotilleo. Kakuro Ozu se llama. Desde ese momento los tres personajes comparten sus confidencias. Sobre la vida y sus lágrimas, sobre la literatura y la belleza, sobre tantas y tantas cosas. Son amigos. Todo esto lo aprovecha muy bien la autora para ir desgranando su personal ajuste de cuentas, de crítica a una sociedad tan injusta como deslenguada y materialista; sus ideas estéticas y gustos literarios, etc. Al final de la novela hay unas páginas deliciosas. Allí leo: "(…) quizá sea eso la vida: mucha desesperación pero también algunos momentos de belleza donde el tiempo ya no es igual".

Lo confieso: me ha encantado La elegancia del erizo. Es de esos textos en los que encuentras una buena parte de ti mismo.

José Saramago cree que exposición va más allá de sus expectativas

Servicios Google/Terra, España


El Premio Nobel de Literatura José Saramago opina que la exposición 'José Saramago: la consistencia de los sueños' que se inauguró hoy en la sede de la Fundación César Manrique, en Lanzarote, va más allá de sus expectativas por la amplísima documentación que recoge.

Así lo explicó el comisario de la muestra y director de la Fundación, Fernándo Gómez Aguilera, quien añadió que José Saramago aseguró que le resulta emocionante hacer un paseo 'como este por lo que es un friso de su vida como escritor'.

El escritor acudió a la inauguración de la exposición en silla de ruedas y declinó hacer declaraciones.

Gómez Aguilera recordó que la exposición dedicada a Saramago cuenta con la existencia de entre mil y mil doscientos documentos relativos a obras y momentos de la vida de Saramago y que ha sido el fruto de una investigación que ha durado años.

Aseguró que aunque el Premio Nobel, afincado en Lanzarote, 'es una persona muy serena' ha visto los documentos expuestos y montajes audiovisuales 'con muchísima atención y se ha interesado por la forma en que han sido captados'.

El director de la Fundación César Manrique aseguró que lo que más llamó la atención de Saramago sobre esta muestra de su trayectoria literaria fue sobre todo la sala dedicada a su infancia, 'en la que hay imágenes de los lugares de los que él guardaba memoria, de principios del siglo pasado y en particular de un pequeño cuaderno en el que están contenidas sus notas del años 1933, firmadas hoja a hoja, día a día, por su profesor y por su padre'.

Gómez Aguilera destacó que, gracias al trabajo de investigación que se ha llevado a cabo para el montaje de la muestra, se ha podido constatar que el periodo en que Saramago dejó de escribir es más corto de lo que se creía, ya que abandonó la literatura en 1953 y trece años después ya estaba escribiendo.

Destacó que 'lo sustantivo es que podemos datar cronológicamente las primeras escrituras de Saramago hasta el momento en el año 1944, cosa que se desconocía, porque se situaban en el año 1947, que es cuando publica su primera novela'.

El comisario de la muestra dijo que otra de las cosas llamativas que se desprenden del trabajo de investigación es 'que podemos decir que su acceso a la literatura es a través de la poesía, que luego escribe novela, que además escribe teatro, cosa que es inédita'.

En este sentido añadió que, luego, Saramago ' vuelve otra vez, en el año 1966 y después de dejar de escribir, a entrar por la vía de la poesía en la literatura, cosa que no es accesoria en un escritor cuyas últimas obras han crecido en intensidad lírica a lo largo de los años y donde él ha dicho que se encuentra su mejor poesía'

La exposición 'José Saramago: la consistencia de los sueños',se organiza en torno a una propuesta expositiva planteada por el comisario, en la que se reúnen manuscritos, primeras ediciones, numerosos cuadernos de notas del escritor para redactar sus novelas, agendas personales, material gráfico, prensa y audiovisuales.

Se muestran más de 500 documentos originales junto a otros tantos digitalizados y contará también con la colaboración del artista escocés Charles Sandison que ha preparado 3 piezas, inspiradas en novelas del escritor, que se mostrarán en cada una de las tres salas que componen el espacio expositivo dedicado a la vida, ideas y obra del escritor portugués, integrándose en el discurso global de la muestra, como un elemento más del discurso expositivo.

En una de las salas se realiza una recreación conceptual del despacho donde escribe Saramago, con la mesa en la que ha escrito la mayoría de sus novelas, su silla de trabajo, su primera biblioteca y la máquina de escribir Hermes que utilizó desde los años sesenta hasta 1989, cuando concluyó 'Historia del cerco de Lisboa'.

«Escribo porque no sé hablar», asegura Ana María Matute

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Un día después de recibir el Premio Nacional de las Letras, Ana María Matute compareció este viernes en un céntrico hotel barcelonés junto a los responsables de su editorial (Destino) para hablar del galardón y sobre todo de su gran pasión: la literatura. La escritora, que aún se recupera de una fractura de fémur que la ha dejado postrada en su cama durante varios meses, reconoció que «en mi vida me he dedicado a escribir y lo sigo haciendo porque no sé hablar. Lo que me importa es ser feliz escribiendo y, a ser posible, hace felices a los demás».

La autora de obras que han marcado poderosamente el panorama narrativo español de las últimas décadas como 'Los Abel', 'Los hijos muertos', 'El polizón del Ulises' y 'Olvidado Rey Gudú', todavía tiene problemas para andar y ha perdido algunos kilos, pero no el sentido del humor. A sus 82 años sigue repartiendo sonrisas, amabilidad, cortesía y profunda humanidad. «La literatura ha sido para mí un salvavidas en épocas muy duras de mi vida. Creo que he sido muy valiente. He trabajado mucho. He vivido la vida, simplemente, con sus cosas buenas y sus cosas malas». Así resume Ana María Matute su larga trayectoria como novelista. Ella prefiere definirse como «una contadora de historias», y está convencida de que «aún me queda un trocito de aquella niña que se encerraba en el cuarto oscuro de su casa para escribir».

La escritora expresó su «enorme alegría» y «satisfacción» por la concesión del Premio Nacional de las Letras. «Un premio siempre es un gran espaldarazo, pero me lo esperaba, no me llegó ningún rumor», dijo.

Thursday, November 22, 2007

Grass dice que un estado ibérico tendría mayor peso en Europa

Servicios Google/Terra, España

El escritor alemán Günter Grass, premio Nobel de Literatura, cree que un hipotético estado ibérico federal tendría mayor peso en Europa, en una entrevista que publica hoy el semanario 'Expresso'.

'Tal vez no sea realizable, pero debería pensarse en ello. Un estado ibérico también tendría, en Europa, en un contexto federal, un peso mucho mayor que dos estados separados', señaló el autor de 'El tambor de hojalata'.

Grass se refirió así al comentario de hace meses del premio Nobel de Literatura luso José Saramago de una posible integración de España y Portugal para crear un estado ibérico.

Sostuvo que la propuesta del escritor portugués es interesante y que le gusta la actitud de Saramago de decir cosas que pueden resultar incómodas.

Por otro lado, apuntó que Europa no sobrevivirá sin inmigración y que este continente no puede convertirse en una fortaleza.

'Europa no conseguirá sobrevivir sin inmigración. No debería tenerse tanto miedo de eso: todas las grandes culturas surgieron a partir de formas de mestizaje', apuntó el escritor.

Grass dijo en ese sentido que la península Ibérica es una buena muestra, al tratarse de un espacio geográfico 'donde la influencia de la cultura morisca generó cosas grandiosas'.

'El romance picaresco, que me inspira, es un producto típico del mestizaje', destacó.

Sobre su pasado como miembro de las SS nazis, reconoció que durante su adolescencia no se preguntó sobre el sentido de pertenecer a esa organización y que los ataques que recibió en ese sentido en Alemania llegaron desde medios de comunicación con líneas editoriales opuestas a su posicionamiento de izquierda.

Ana María Matute gana Premio Nacional Letras España

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MADRID (Reuters) - La novelista Ana María Matute fue galardonada el jueves con el Premio Nacional de las Letras Españolas 2007 en reconocimiento por su obra literaria, informó el Ministerio de Cultura.

El galardón literario es considerado como el más importante después del Premio Cervantes.

Matute, nacida en Barcelona en 1926, es también miembro de la Real Academia Española. En 1948 publicó su primera novela, "Los Abel," y después le han seguido otras como "Fiesta al noroeste" (1953), "En esta tierra" (1955) o "La torre vigía (1971), que forman parte de un total de unas 40 obras.

Ha impartido clases en universidades norteamericanas y, tras un extenso período de silencio literario, retornó a la literatura en 1996 con "Olvidado Rey Gudú."

Además ha probado el género de la literatura infantil con obras como "Los niños tontos" o "Paulina."

Tiene en su haber galardones como el Premio Nacional de Literatura, el Nadal, el Planeta y el Café Gijón.

El Premio Nacional de las Letras, que distingue la labor literaria de un autor español, está dotado con 30.000 euros.

Wednesday, November 21, 2007

ELENA PONIATOWSKA

Servicios Google/La Gaceta, Los Angeles, EU
La princesa que ha querido ser una simple “pinche” periodista

Por Cristina P. Fraga
Después de una hora larga de atasco infernal, enredada en la grandiosa y caótica Ciudad de México, de repente aparece, como un remanso de paz, una fila de casitas antiguas adosadas. En una de ellas vive la escritora Elena Poniatowska.
Un jardincito nos introduce a través de una fila de ladrillos rojos a una sala recogidita pero umbría, en donde todo, hasta los muebles, son blancos. Sólo el blanco es molestado por las altas estanterías empapeladas de libros, algún espejo que los multiplica y algunas fotos familiares.
La llaman insistentemente de distintos medios para pedirle opinión sobre la escritora Doris Lessing, a la que le acaban de dar el Premio Nobel de Literatura. Su voz se oye en el piso de arriba y se demora en bajar. Aparece una mujer menuda, tan blanca como la decoración y de piel y ojos transparentes, que lo primero que hace es fijarse en mis zapatos “Yo tengo unos zapatos parecidos a los de usted, muy cómodos. Son muy buenos. ¿Quieren un café? Marta, ponles lo que quieran tomar”.

— Quiero hacerle una entrevista al personaje. Por qué usted es un personaje.
— Estupendo.

— He de decirle que yo no sé si es adecuado que la persona que entrevista tenga una admiración especial por el personaje. Usted, que ha entrevistado a tantas personalidades y que sus entrevistas se estudian como modelo a seguir.

— ¿Cree que esto es bueno o es malo? —dice Elena y suelta una sonrisa-carcajada sorda—. No lo sé. Yo siempre he entrevistado a la gente que he querido.

— ¿Pero usted admiraba a todos sus entrevistados?

— Pues sí, pero algunas veces el personaje te decepciona. Pero como yo no me considero un personaje sino una “pinche” periodista, una periodista de toda la vida, ni me preocupo ni tiene usted que preocuparse.

LEYENDA Y REALIDAD DE LA PRINCESA

— Vamos a adentrarnos un poco en la leyenda-realidad de sus orígenes —le digo—. Su familia salió de Polonia en tiempos de Catalina la Grande, porque Stanislao Augusto Poniatowski fue el último rey de Polonia. Hija del príncipe heredero Jean Joseph Evremond Sperry Poniatowski y de María de los Dolores Amor Escandón, ciudadana mexicana de ascendencia francesa.
Usted, por tanto, sería la princesa heredera del trono de Polonia, Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor. Salieron todos de Polonia y se exilaron en Francia. Incluso creo que intentaron casarla con un príncipe heredero de una corona europea. Todo este entramado tan excepcional indiscutiblemente ha tenido que influir en la conformación de su personalidad. ¿Como se lleva todo eso, después de los años y en un país tan republicano como México?
— Lo que más influyó fue la educación de niña que fue muy severa desde el punto de vista emocional. Yo no recuerdo a mi madre antes de los 9 años. Sólo la veía en ráfagas. Entre mi madre y yo siempre hubo intermediarios (nunca habla de su padre). En la guerra fuimos, mi hermana y yo, a vivir con mis abuelos al sur de Francia.
“Yo tengo recuerdos e imágenes de mi madre muy difusos, sin presencia, con una gran distancia. Siempre viajábamos e íbamos de vacaciones con las nanas e institutrices y separados del resto de la familia Yo creo que esta situación provocó un enamoramiento tremendo de una niña hacia su madre. Todavía, ahora a los 76 años tengo una fijación bárbara con mi madre. Le hablo, pienso en ella todos los días, creo que por el periodismo la tuve muy abandonada.
“En fin, mi madre es para mí un gran personaje que crece dentro de mí, año tras año. Murió en 2001 y como me dieron el premio Alfaguara de novela me pilló de aquí para allá y no pude hacerle el duelo. Fue un momento muy terrible en mi vida”.
— Por tanto, ¿su educación iba dirigida a ser princesa heredera?
— Mi educación iba dirigida al matrimonio y a ser madre de familia.
— Pero usted se me va por la tangente y aunque no he venido a hablar de princesas, ¿usted fue educada para ello?
— Francia era una República aunque existía un culto a los personajes principescos. Mi familia se movía en esos círculos, si: el mundo de la ilusión, del glamour, de las revistas de sociedad.

LA REINA SOFÍA ME CAE BIEN

— Y, aprovechando el contexto, ¿usted que es una mujer tan progresista, qué piensa de una institución tan conservadora como la monarquía?
— Ya no hay monarquías en casi ningún país, excepto en alguno europeo y africano. En tiempos hubo reyes muy buenos y muy notables, pero en este momento yo no tengo nada que ver con la monarquía.
— ¿Y la monarquía española?
— La Reina Sofía me cae bien (se queda pensativa un momento y suelta frases a borbotones). Son un adorno, pero si son muy costosos no me parece bien. Pero creo que en su país tengo entendido que gustan a la gente, que se mantienen porque les hace ilusión, porque llenan las páginas de las revistas del corazón. Su valor se lo dan en estos momentos las revistas, pero yo no sé qué papel cumplen ahora mismo.
“Sé que ahora tienen ustedes un problema bárbaro por el que han procesado a unos colegas suyos por unos dibujos de humor, esto pues no me parece bien…”
— ¿Empieza usted a trabajar como periodista en el periódico Excélsior en 1953?—pregunto a Elena en su casa de la Ciudad de México.
— Fue mi primera experiencia y me destinaron a una sección de mujeres y para las mujeres: la crónica social de fiestas, bodas, bailes... Había una exhibición de las ricas casaderas como en escaparate. Fui multitud de veces a una iglesia bellísima que se llama la Profesa, donde se hacían las bodas más elegantes, cubría exposiciones. Yo, para cambiar un poco lo que se hacía, al final de mis crónicas introducía una listita en la que calificaba a la más antipática, la más recatada, la más bonita, la del precioso vestido de siempre, la del sombrero más estrafalario, la de más mal humor… Eso me creó algunas enemistades.
— ¿Firmaba como Helene?
— Si con mi nombre de nacimiento en francés. Era más chic, más glamoroso. Del Excélsior me pasé al Novedades y allí me quedé hasta el año 1985, toda una vida. Me fui a La Jornada por una simple razón: hacía las crónicas del terrible terremoto y en el Excélsior me rechazaron una de ellas. Yo veía muchas injusticias, pero había que seguir las directrices del entonces presidente de México, Miguel de la Madrid, de volver a la normalidad.
“Como la Jornada estaba en la contraesquina me crucé para que me la publicaran en la competencia. Estaban reclutando gente para trabajar y fue el momento del cambio. Esa fue la razón”.
— Usted ha manifestado que se siente ante todo periodista. Ha dicho: “Tengo el sello, la marca de fuego del periodista como un tatuaje que supongo que nunca va a desaparecer. Y me enorgullece mucho serlo porque el periodismo me ha dado todo lo que soy, todo lo que he aprendido y toda la gente a la que he conocido”.
— Es totalmente cierto. Tuve una educación de convento de monjas en Estados Unidos. Sabía idiomas, rezar, poner la mesa, convivir con distintas personas, con distintos intereses… Esa realidad no te sirve para enfrentarse a la vida. El periodismo me acercó a la brutal realidad cotidiana de este controvertido país. Me hizo persona y yo se lo agradezco. Aunque hay una frase del poeta Eliot que dice que el ser humano no aguanta mucha realidad y a veces ésta te lleva al suicidio.

PERIODISTAS, MÁS HONESTAS, MENOS CORRUPTAS

— ¿Cómo definiría su periodismo: transformador, militante….?
— Corresponde al que han hecho las mujeres en los últimos años en México. Ha habido muchísimas compañeras en las que me he sustentado para hacer mi trabajo. Estupendas corresponsales de guerra, directoras de periódicos, como La Jornada y El Día, grandes entrevistadoras.
— ¿Hay un periodismo de mujeres, con identidad común?
— Yo creo que sí. Hay muchas mujeres en toda la profesión y creo que todas tenemos un gran coraje. Tienen el ejemplo de Lydia Cacho, que se ha enfrentado a los pederastas, o las que han investigado sobre el feminicidio en Ciudad Juárez. En el norte, las compañeras que han cubierto la droga, muchas han sido perseguidas y asesinadas y han corrido mayores riesgos que los hombres. Ahora las mujeres se han ganado el respeto y han demostrado que son más honestas y menos corruptas que los hombres.
“En general no aceptamos el chayote (sobre con dinero que se da a los periodistas como soborno); no hemos caído en eso, ni nos interesa, ni vamos a caer. En definitiva, somos menos corruptas. Pero cuando yo comencé era tremendamente difícil”.
— ¿Y hay una literatura de mujeres?
— Las mujeres somos las que más leemos y las que más promovemos las artes y las letras. En Monterrey la mayoría de las galeristas y directoras de editoriales son mujeres.
— Y de escritoras españolas ¿Cuáles le interesan?
— Me gusta mucho Ana María Matute, Carmen Martín Gaite (a la que deberían haber dado el Premio Cervantes) y sobre todo me conmueve mucho Mercé Rodoreda, la que escribió La Plaza del Diamante.

LITERATURA, GRAN AVENTURA SOLITARIA

— ¿Cómo resuelve la dualidad de periodista y escritora?
— Muchos de mis libros de ficción están basados en mi labor periodística.
— ¿Aplica el mismo registro para la ficción que para el periodismo?
— Hago lo que puedo y lo que mejor me sale. La literatura es una gran aventura solitaria frente a la mesa de trabajo y nunca se sabe qué es lo que va a salir. El periodismo es otra cosa, tienes que contar con los demás, con sus palabras y sus acciones.
— ¿En su obra de ficción está constantemente haciendo ejercicios de estilo?
— Intento que la forma esté acorde con las sensaciones que pretendo provocar.
— ¿La historia contemporánea de México se ve reflejada en sus libros?
— Hay libros sobre diversos momentos de la historia de mi país: la matanza del 2 de octubre de 1968, La noche de Tlatelolco, una masacre que todavía no se ha resuelto; la huelga minera de 1959, El tren pasa primero, en donde las mujeres, las juchitecas y las tehuanas, tuvieron una papel decisivo, se tiraron sobre los rieles para impedir que sus compañeros pusieran en marcha los trenes; y mi último libro Amanecer en el Zócalo, que es la crónica de los 50 días del plantón, entre otros muchos.

MÉXICO, TREMENDAMENTE DIVIDIDO

— Usted apoyó al candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador y también participó activamente en el platón. Los sectores conservadores arremetieron contra usted de forma virulenta. Ha sido y es todavía amenazada. ¿Ha sentido miedo?
— Con la edad sí. Con la juventud te mueves en una burbuja de inconsciencia. Yo antes me sentía como resultado de mi condición social muy querida, pero a partir de 2006 he sentido mucho el odio de la gente. Salía a comprar al supermercado y todo el mundo me saludaba con simpatía, ahora se me acercan y me dicen que he hecho mucho daño al país. Yo me dirigía con mucha confianza a la gente y ahora la he perdido.
— ¿Se arrepiente de haber apoyado al PRD?
— No. De ninguna manera. No tiene sentido arrepentirse de lo que una hace porque cree que lo debe de hacer.
— ¿Cómo va este país tan extraordinario, México?
— Estamos viviendo una época muy triste. Me siento desolada por el fraude. Somos muchos los que todavía apoyamos a López Obrador. México está tremendamente dividido, lo cual es muy tremendo para la gente que tiene necesidades horribles. Existe una gran pobreza y grandísimas fortunas, las más grandes del mundo. Fox es un vanidoso superficial, que dejó un país destrozado, dolido, no hay trabajo y así estamos.
— ¿Usted ha dicho que ahora lo que más felicidad le aporta es estar con sus hijos y sus nueve nietos?
— Me complace mucho, pero también estar con la gente que quiero y que siento que hay un interés común, con la que comparto ideales. Me complace estar con niños, no sólo los míos, todos los niños. Yo antes me detenía poco, pasaba como chiflanazo por la vida. Ahora disfruto de los placeres de una buena comida, una buena conversación, y con la edad (tengo ya 75 años) he cambiado de ritmo. Ahora disfruto mucho por donde pongo los pies.. (CIMAC/AmecoPress)

Reinventar la enseñanza de la lengua y la literatura

Servicios Google/Imaginaria, educared, Argentina

Gustavo Bombini
Buenos Aires, Libros del Zorzal, 2006.
Colección Formación docente; Serie Lengua y Literatura.

por Marcela Carranza

"... una didáctica, o un libro sobre la enseñanza —como éste—, no debería ser sino un espacio de reflexión que nos ayude a saber más sobre nuestros modos de enseñar."
Gustavo Bombini

Este libro, con un destinatario preciso: "el colega profesor", se abre como un espacio para la reflexión conjunta acerca de la enseñanza de la lengua y la literatura en la escuela media. Pero, y esto es clave en el libro, el concepto de "enseñanza" adquiere en las reflexiones del autor un sentido concreto: el de las prácticas cotidianas en el aula. "Reinventar la enseñanza" significa entonces volver a leer en otra clave, redescubrir, "detenerse frente a la riqueza de la cotidianidad escolar". Se trata de revalorizar aquellas experiencias creadas por los "artesanos de la escuela", los profesores de lengua y literatura, en el día a día de su tarea profesional.

El primer capítulo: "Reflexiones sobre el sentido de enseñar lengua y literatura", pone el dedo en la llaga respecto de la crisis escolar actual: ¿cuál es el sentido de la enseñanza de la lengua y la literatura en la escuela? Pregunta que se contextualiza en una más amplia: ¿cuál es el sentido de la tarea de educar?

La pregunta por el sentido de la tarea de educar, y en particular por el sentido de la enseñanza de la lengua y la literatura supone cuestiones de índole científica, curricular y didáctica, pero también, señala Bombini, cultural y política.

El acceso a la cultura escrita es clave en los procesos de socialización e inclusión social. De allí que "cualquier reflexión sobre el sentido de la enseñanza de la lengua y la literatura habrá de incorporar esta nueva mirada, una mirada (...) más sensible y más preocupada por que la enseñanza sea una tarea posible aun en los contextos más desfavorables".

Una reinvención de la enseñanza de la lengua y la literatura señala Bombini, supone una nueva mirada sobre los destinatarios de la educación. Supone conocerlos en sus singularidades y partir de la confianza en lo que estos sujetos sí pueden, sí están predispuestos a hacer en tanto sujetos activos de una cultura. Volver a pensar los problemas de la enseñanza de la lengua y la literatura implica de este modo como precondición, una reinvención de la mirada sobre los jóvenes destinatarios de la enseñanza.

La pregunta por el sentido de la enseñanza lleva al autor a hacer referencia a experiencias llevadas a cabo por docentes colegas de Argentina en escuelas populares que funcionan en el ámbito de fábricas recuperadas. Estos escenarios poco convencionales invitan a los docentes a experimentar con otras lógicas para guiar sus prácticas. Conocer estas prácticas favorece esa zona de intercambio entre colegas, ese espacio de reflexión en torno al cual este libro se construye.

El segundo capítulo: "El conocimiento escolar sobre la lengua y la literatura" gira en torno a la pregunta por los saberes disciplinares. ¿Qué es aprender lengua? ¿Qué significa aprender literatura? ¿Qué entendemos por conocimiento escolar sobre la lengua y la literatura?

Los procesos de actualización teórica se vuelven necesarios para los cambios en las ideas y representaciones sobre el lenguaje y las prácticas de enseñanza de la lengua en la escuela, pero, hace hincapié el autor, no son suficientes. Para que el cambio se efectúe en el terreno didáctico y las prácticas no se reduzcan a un mero aplicacionismo de las teorías en boga, no basta con la actualización de saberes disciplinares. Un cambio teórico no implica necesariamente un cambio en las prácticas.

Por otro lado existe también el riesgo, señala el autor, de producir una pauta curricular y una didáctica centrada fuertemente en la práctica misma: 'Enseñar lengua es enseñar a hablar, leer y escribir', ignorando la dimensión de los saberes específicos de la lengua, la literatura, la lectura y la escritura "como punto de partida ineludible en las decisiones curriculares y didácticas en el marco de los debates epistemológicos que ellos suponen".

"Si estamos de acuerdo en que las políticas educativas y lingüísticas de hoy, en la Argentina y en la región latinoamericana, deben atender a la problemática del fracaso escolar y la exclusión educativa, será necesario postular una enseñanza de la lengua y la literatura que se muestre permeable a la particularidad de los contextos, entendidos no como mera variable a considerar ocasionalmente sino como parte constitutiva de la construcción teórica y metodológica de la didáctica de la lengua."

Respecto a la enseñanza de la literatura, el autor pone el acento en la especificidad del objeto. Definiendo a la literatura como "una de las prácticas discursivas más significativas de la cultura", Bombini denuncia su relegación a un lugar menor del currículum como un discurso social o tipo textual entre otros en el marco de la última reforma educativa. El autor realiza un breve recorrido histórico en el que es posible observar diversas representaciones acerca de la literatura y su inserción en el ámbito escolar. De la enseñanza de la literatura en su matriz histórica y retórica en el siglo XIX a la llamada "lectura placentera" de nuestros días, según la cual cualquier intervención escolarizante se transforma en un obstáculo para el encuentro "natural" del lector con los textos.

"… es necesario apostar hoy a reinventar la enseñanza de la literatura, a recuperar un espacio curricular en el que sea posible reconocer a esa disciplina escolar Literatura a partir de presupuestos teóricos consistentes, de contenidos culturales significativos, de una propuesta de lectura y de escritura (ficcional y crítica) en la que tengan lugar las identidades culturales de los sujetos que se encuentran en el aula, entendida ésta como un ámbito para un encuentro intercultural —la cultura del profesor y de la escuela no como opuesta, sino como diferente a la cultura de los alumnos o de la comunidad—."

El tercer capítulo, "Narrar las prácticas", se inicia con una serie de relatos donde profesores dan cuenta de escenas interesantes con sus alumnos durante el dictado de sus clases.

"Sucede (dice Bombini) que estos relatos producto de intercambios más o menos informales entre colegas, están mostrando la potencia y la diversidad de unos modos de hacer que están transcurriendo y que van tramando un campo difuso pero rico, opulento, en prácticas posibles, atravesado por reflexiones de esas que se hacen ahí, al borde de la experiencia de enseñar."

Repensar los problemas de la enseñanza, construir una didáctica, elaborar un currículo de una disciplina específica, exige —sostiene el autor— la consideración de estas historias, el reconocimiento en estas narraciones "de un saber acumulado que tiene que ver con los modos de resolver los desafíos de la enseñanza".

De este modo la narración, la escritura se transforma en un modo de reflexionar y de producir conocimiento acerca de la práctica. Para dar ejemplo de ello Bombini hace referencia al caso específico del uso de las narrativas en la formación de docentes y su experiencia como profesor de la cátedra de Didáctica de la Lengua y la Literatura y Prácticas de la Enseñanza de la carrera de Letras en la Universidad Nacional de La Plata.

De lo que se trata es de imaginar "la práctica de la enseñanza de la lengua y la literatura como una usina de producción constante de lecturas y escrituras, un espacio donde se comparten relatos, donde se narran prácticas y se construyen conocimientos sobre esta enseñanza. Un lugar posible donde asumir el yo, esa identidad que nos define a los profesores como aquellos que estamos ahí, en la escuela, enseñando una disciplina en particular, objeto de nuestro interés y pasión" .

El cuarto capítulo, "Vida de profesores", cierra el libro con relatos de docentes atravesados por la crisis del sentido de su tarea, crisis de la que se habló en el primer capítulo. Frente a algunas posiciones que pueden llegar a ser apocalípticas se vuelve necesario, señala el autor, cuestionar "peligrosos determinismos que tienden a considerar que ciertos objetos culturales sofisticados no son de fácil recepción en contextos escolares críticos o no están al alcance de chicos y jóvenes condenados al fracaso".

"Sin duda, es la escuela la que todavía puede estar poniendo de relieve frente a adolescentes y jóvenes, recuperando, volviendo visible cierta dimensión de la experiencia social, cultural y pedagógica que es específica de su dominio, aquello que no se presenta en la experiencia cotidiana de los adolescentes y jóvenes; en este sentido, la escuela hace diferencia, enseña lo que no es habitual, pone a disposición ciertos bienes culturales propios de la cultura letrada, del campo del conocimiento científico, social y de la producción artística."

Para derribar esta mirada apocalíptica basta, señala el autor, compartir las experiencias de innumerables profesores en los más diversos contextos, experiencias como las enunciadas a lo largo de este libro.

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Foto de Marcela CarranzaMarcela Carranza (garrik@fibertel.com.ar) es maestra, Licenciada en Letras de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina), y Magíster en Libros y Literatura para Niños y Jóvenes (Universidad Autónoma de Barcelona-Banco del Libro de Venezuela-Fundación Germán Sánchez Ruipérez). Como miembro de CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil) formó parte de la coordinación del programa de bibliotecas ambulantes "Bibliotecas a los Cuatro Vientos" y del equipo Interdisciplinario de Evaluación y Selección de Libros. Publicó artículos en revistas y participó como expositora en congresos de la especialidad. Actualmente se desempeña como coordinadora de talleres en el área de la literatura infantil y juvenil en la Escuela de Capacitación Docente (CePA), de la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y profesora tutora en el Postítulo de "Literatura Infantil y Juvenil" de la misma institución.

Tuesday, November 20, 2007

Elia Barceló: "la literatura se inventó para contar lo extraordinario"

Servicios Google

La autora de 'Corazón de tango' presenta hoy esta novela en Santander
SANTANDER, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

La escritora Elia Barceló defendió hoy que "la literatura se inventó para contar lo extraordinario" y por eso un novelista "tiene que aportar fabulación" en sus obras. "La gente necesita que le cuenten cosas que sean más grandes que la vida", aseguró.

Por eso, en sus novelas combina lo fantástico, el pasado, los secretos y, sobre todo el amor. "Soy de las que creen totalmente en el amor, es la fuerza que mueve todo", aunque la mayoría de la gente "piense que es el dinero".

El tango, el amor y las fantasías se funden en su última novela, 'Corazón de tango', publicada en marzo de este año y que hoy presenta en la Tribuna Literaria de Caja Cantabria. Una obra que empezó "con mucha tranquilidad y sin ninguna prisa" y que inaugura la colección '451 editores'.

Según la escritora, nacida en Elda (Alicante) en 1957 y que vive desde hace 26 años en la ciudad austriaca de Innsbruck, se trata de una historia "muy bonita, arquetípica y casi una tragedia griega en la base". "Desde que empieza, sabes que va a acabar fatal" sin poder evitarlo, porque un "destino trágico" guía a los personajes hasta un final "muy fantástico", explicó.

La novela también tiene "un fuerte elemento fantástico" al principio y al final, mientras la parte central es histórica. Parte de ella transcurre en el barrio de La Boca, en Buenos Aires, y cuenta lo que "de verdad sucedía" en la ciudad argentina en 1919, con los nombres que entonces tenían sus cafés y sus calles.

La autora quería en este caso tanta verosimilitud que pidió un traductor porteño para asegurarse de que "todas" las expresiones argentinas que aparecen en el libro "fueran como son".

Los protagonistas de la historia son una joven emigrante española, un italiano en busca de fortuna y un marinero de origen alemán, aderezado todo ello con el tango.

CUENCIA FICCIÓN

Esta novela hace el número 18 de las escritas por Elia Barceló, cuyas obras se han traducido a diez idiomas. Empezó haciendo ciencia ficción, un género que, a pesar de su "mala prensa", sigue pensando que es el "único" que aborda los temas "que nos deberían preocupar", como la clonación o el alargamiento de la vida.

Luego, "descubrió" la literatura juvenil, la novela negra, la fantástica..., un género este ultimo por el que siente predilección, "porque a mí la vida como es me aburre profundamente, para eso están los periodistas", recalcó.

Según la autora de 'El secreto del orfebre', el papel de contar lo que ocurre tuvo que ser asumido por los escritores españoles después de la guerra civil, cuando existía una prensa "sin libertad", y fue entonces cuando los críticos "se concienciaron" de que "si no es realismo, no es literatura".

Pero, desde su punto de vista, la fantasía "no es escapismo barato", sino "una necesidad de salir de la rutina y de la vida cotidiana". Además, sus novelas "no son difíciles de leer", sino que tienen varios "niveles", uno "fácil" y otros en los que, si el lector quiere, puede "profundizar".

"Yo escribo lo que quiero leer", aseguró la escritora, quien aseguró que para ella la literatura es "fundamental" y necesaria "para vivir". "Necesito leer ficción, mentiras que dicen la verdad", recalcó.

PRÓXIMA NOVELA

Sin embargo, en su próxima novela va a cambiar de registro y va a escribir una historia "realista con elementos criminales" que se desarrolla en España "en dos tiempos", en el año 1974 y en la actualidad, comparando el país que era y que es ahora.

Un país que, en su opinión ha cambiado y "mejorado" tanto, que, visto desde Austria, el panorama cultural español tiene "mucho" movimiento y se hacen "cantidad de cosas", dijo. Desde luego nada que ver con el país en el que vivió su infancia y juventud y en el que "tenía la sensación de ser una niña tercermundista". "España ha mejorado mucho", concluyó.

Sunday, November 18, 2007

Poemario del Salesianito

Servicios Google/ABC Digital, Asunción Paragual

La novena edición del poemario “Sueños y Fantasía” de los alumnos del taller literario del bachillerato científico del Colegio Sagrado Corazón de Jesús, Salesianito, fue presentada en un acto que contó con la presencia del periodista y escritor Helio Vera.

Esta nueva edición se realizó con la dirección de las profesoras Mirna Gayoso y Mariela Aguero.

El escritor Helio Vera dirige un mensaje a los alumnos, durante la presentación del poemario.

“La literatura es un arte bello que emplea como instrumento la palabra. Pero la palabra ‘literatura’ tiene varias acepciones, que van desde ‘la suma de conocimientos adquiridos con el estudio de las obras literarias’, o ‘el conjunto de obras que versan sobre un arte o ciencia’ (como la literatura jurídica o la médica…); hasta ‘el conjunto de producciones literarias de una nación, de una época o de una agrupación’. En este último sentido, igual que hablamos de literatura griega o literatura del siglo XX, podemos hablar de ‘Literatura del Salesianito’. Y lo podemos hacer ya con un sentido muy adecuado, puesto que ésta es ya la novena edición de ‘Sueños y Fantasías’. Ciertamente nuestro espacio en el mundo literario no es grande; pero es un pequeño espacio conquistado con el esfuerzo de todos y que debemos ir ampliando cada año”, refirió el padre José Antonio Rubio, durante el acto.

“En el mundo del ruido y de la imagen pasajera no es fácil la dedicación a la literatura. Porque la literatura exige, no lo olvidemos, el silencio y la concentración para captar el sentido de lo que el autor nos quiere comunicar. La lectura nos permite apropiarnos de tal modo del contenido de un libro que, una vez leído, pasa a formar parte de nuestra estructura mental y existencial. Más aún, cada uno de nosotros podemos modificarlo, profundizarlo y ampliarlo sin que por ello pierda su originalidad primera. El escritor, publicada su obra, pierde la exclusividad y pasa a ser patrimonio de cuantos lo leen. Un libro es nuestro no cuando lo compramos, sino cuando lo terminamos de leer. Entonces podemos poner nuestra firma”, enfatizó.

El sacerdote salesiano felicitó a los responsables de esta edición. “Les agradecemos a cuantos han dejado su huella en este ‘Taller literario del Salesianito’ porque nos permiten, a parte de aumentar nuestra cultura y formación, entrar en el mundo literario de los jóvenes y del Salesianito al que deseamos que se conozca más por este trabajo que por las noticias pasajeras de una riña”, acotó.

Gripe impide a Saramago acudir a homenaje por su 85 cumpleaños

El Premio Nobel de Literatura José Saramago no pudo acudir debido a una fuerte gripe a un homenaje por su 85 cumpleaños que organizó hoy en Lisboa la editorial Caminho, que publica sus obras en Portugal.

Un portavoz de Caminho anunció durante el acto que Saramago permaneció en Madrid por indicación médica, debido a una fuerte gripe ya casi superada.

"Pudimos hablar hoy con Saramago y nos comentó que está en vías de recuperarse de su dolencia, pero que por consejo médico decidió permanecer en la capital española", aclaró.

El lisboeta cine de "Sao Jorge" fue escenario hoy de un recital a cargo del barítono luso Jorge Vaz de Carvalho en conmemoración del 85 cumpleaños de Saramago y del 25 aniversario de su obra "Memorial del convento" (1982).

El recital de Vaz de Carvalho fue acompañado por la intérprete de clave Elina Mustonen, la soprano Sirkka Lampimäki y la bailarina Lili Dahlberg, que interpretaron una partitura del compositor italiano Domenico Scarlatti, personaje de esa novela de Saramago.

Saramago asistió a otro homenaje por su cumpleaños el pasado día 16 en Madrid y ya entonces se encontraba afectado por la gripe.

El escritor celebra su cumpleaños dos veces: el día 16, que es cuando realmente nació, y el 19, que es cuando su padre lo inscribió en el registro, como recordó en el homenaje madrileño el actor Juan Echanove quien leyó fragmentos de la novela de Saramago "Memorial del convento".

«La literatura y la palabra dan libertad y tienen poder balsámico»

Servicios Google/ABC, España
Entrevista con Juan Cobos Wilkins _ Escritor
TEXTO: LUIS MIRANDA
CÓRDOBA.España.- Varias coincidencias ayudaron al nacimiento de «El mar invisible», entre ellas la visita de su autor a una prisión, donde conoció la realidad de los presos y se comprometió con la lectura como forma de libertad para los privados de ella.
- Un libro con una realidad terrible. Casi parece mentira que cosas así pasaran hace tan poco tiempo, en 1971.
- Ciertamente. Creo que las generaciones que tienen ahora 20 o 30 años pueden quedarse muy sorprendidas al leer «El mar invisible» y comprobar que mira atrás, pero sin poner demasiado el espejo retrovisor. Sólo con un ladeado de cabeza nos encontramos con un pasado tan oscuro, tan maltratador como el que puede aparecer en esta novela. Pero ciertamente es así. Parecería que ha transcurrido un siglo y que se está hablando de los comienzos del XX, pero no, el garrote vil se estaba utilizando en España hasta 1975.
- ¿La belleza de la prosa y de la literatura puede surgir de realidades tan sórdidas y tristes?
- Aunque es una novela intensa, con aristas, la belleza de la prosa sirve para que la historia quede potenciada precisamente por el choque que produce con la manera de mirar de alguien que es poeta. Creo que es como la espada de los héroes, que con el mismo filo que herían cicatrizaban esa herida, la cauterizaban. Algo de eso creo que hay en «El mar invisible». La laceración que puede producir el conocimiento de los hechos que se cuentan queda absolutamente cauterizada, quizá por el poder sanador de la palabra, que es algo que me ha importado mucho en la escritura de este libro. También a los protagonistas es la palabra la que creo que les ayuda a caminar sobre ese mar invisible que se gestó de una manera tan especial.
- ¿El mar del título simboliza la libertad?
- Ahí surgió la gran metáfora de la libertad a través del mar, que estaba casi a un tiro de piedra de la prisión de Huelva. Si el mar significa en cualquier ser humano ese horizonte de libertad inalcanzable se hacía aún más terrible, más lacerante, en una cárcel que estuviese muy cerca, porque se podía oler el mar, se sabía que estaba casi al alcance de la mano, que a los muros llegaba la salitre. Pero no se veía.
- Y en esta prisión es donde viven sus personajes.
- Ahí decidí situar dos personajes en el vértigo y en el límite. Por una parte, un boxeador que ha sido condenado a garrote vil por el asesinato brutal de dos hermanas y va a ser ajusticiado, que es un verbo terrible, a garrote vil. Este boxeador, un paria social, que será ejecutado en la madrugada aunque no se sabe del todo si es culpable de esos sórdidos asesinatos. En esa madrugada, pide hablar con otro preso. Es un maestro de escuela preso por dos motivos: por ser homosexual y porque mantiene una lucha activa en la defensa de las libertades civiles y de la democracia. Tiene dos papeletas en la rifa del terror para ser represaliado.
- ¿Cómo coinciden dos personas tan diferentes?
- Con este maestro pide el reo de muerte charlar la última madrugada de su vida, aunque flota en el aire la posibilidad del indulto. Es una larga madrugada agónica, de vértigo, en situación extrema de una persona porque va a morir y de la otra que sin saber por qué se encuentra en esa celda final y compartiendo con un desconocido sus últimas horas. Hablan a corazón abierto y afloran esos secretos que de pronto somos capaces de revelar a un desconocido y que nunca habíamos dicho sin embargo a la persona que camina a nuestro lado. Ese fulgor del relámpago que te obliga a desnudarte en un momento de vértigo, de intensidad, de abismo y que hacen que afloren terrores, pero también esperanzas.
- Las letras y la cárcel siempre se han llevado bien. Cervantes, San Juan de la Cruz y Miguel Hernández escribieron en prisión, donde tanta gente halla consuelo en la lectura.
- Es cierto, en algún momento lo he pensado. Y posiblemente es por la necesidad de compensación. Algo que da la literatura y la palabra es libertad y tiene un poder balsámico. De alguna manera, el maestro homosexual y defensor de la democracia hace en «El mar invisible» con el condenado como de una especie de Sherezade de «Las mil y una noches». Le da lo único que le puede regalar, que es la palabra. Hay las dos cosas: la intensidad y la necesidad de recibir el consuelo que da la palabra y por otra parte la utilización de la libertad y de la imaginación. Creo que es un escape en el mejor sentido, porque es hacia dentro para liberarse de la opresión que supone en todos los terrenos estar privados de libertad.
- ¿Tiene que afrontar la narración de una forma muy distinta a la poesía?
- He combinado a lo largo de los años ambas cosas de manera igualmente gozosa y gustosa para mí. Soy de una tierra en la que es tan bueno el jamón de pata negra como la gamba blanca. Y pudiendo comer y disfrutar de ambos, ¿por qué voy a tener que prescindir de uno? La manera de enfrentarse a una obra y con un número de páginas considerable, con un tipo de escritura y de trama no muy al uso de lo que ahora es «best seller» literario, es desde la conciencia y desde la emoción. Así creo yo que está escrito «El mar invisible», desde una ética estética, porque las concibo como siamesas que no se podrían separar sin que el corazón quedase dividido. No podemos separar la sístole de una de la diástole de otra: en «El mar invisible» hay una ética estética, una conciencia y una emoción. Eso significa un tiempo de trabajo que acarrea una estructura de composición muy distinta a la del poema. El poema es un relámpago y la novela es una tormenta.

Friday, November 16, 2007

“Sigo siendo un campesino”: José Saramago

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En 1998 se convirtió en el hasta ahora único Premio Nobel de Literatura de su país.
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Madrid.- Cuando a José Saramago le preguntaron recientemente a qué se debe su siempre sombría visión del mundo, el escritor portugués contestó con la misma ironía con la que deleita a los lectores en muchos de sus libros.

“No soy un pesimista, sino un optimista bien informado”, manifestó el Nobel de Literatura, para remachar que basta con leer el periódico para darse cuenta de que el mundo es un “infierno”: “Millones nacen para sufrir y a nadie le importan”.

Este viernes, el laureado autor cumple 85 años. Pero él, algunos achaques al margen, dice que en el fondo sigue en gran parte siendo aquel niño al que retrata en su más reciente libro editado en español, “Las pequeñas memorias” (Editorial Alfaguara), una especie de autobiografía que comprende el periodo entre los cuatro y los 15 años.

“Esa fue la etapa que me marcó. De alguna forma sigo siendo un campesino”, dice Saramago, quien creció en un entorno humilde como hijo de un trabajador del campo que luego se convertiría en policía.

Comunista convencido, el autor de “El año de la muerte de Ricardo Reis” no se limita a informarse sobre la actualidad, sino que a menudo se implica en ella, como crítico de una sociedad cuyas desigualdades no se cansa de denunciar.

Pero el compromiso político y social de Saramago, convertido en una bandera del movimiento antiglobalización, no sólo le ha traído amigos.

Así, provocó una cascada de durísimas críticas cuando hace algunos años, en una visita a Ramallah, comparó la política de Israel en los territorios ocupados con los campos de exterminio nazis de Auschwitz y Buchenwald. Pero no se retractó.

Y meses atrás, causó un gran revuelo en su país, al sugerir en una entrevista que Portugal debería incorporarse territorialmente en la vecina España y formar una nueva nación que, para no herir el orgullo de sus compatriotas, podría llamarse “Iberia”.

Es una idea que ya tocaba en su libro “La balsa de piedra” (1986), el primero en ser adaptado para el cine, en el que recoge la inquietante visión de una inesperada falla en los Pirineos que provoca que la Península Ibérica se desprenda del continente europeo e inicie un viaje a la deriva en el océano que causa el pánico de españoles y portugueses.

En Portugal, la propuesta le valió a Saramago críticas que casi lo calificaban de traidor a la patria, sobre todo porque el Premio Nobel, casado con la traductora española Pilar del Río, lleva casi 15 años viviendo en España, en concreto en la isla canaria de Lanzarote.

Allí emigró en 1993, un año después de que el entonces gobierno conservador de Portugal vetara la candidatura de su séptima novela, “El Evangelio según Jesucristo”, al prestigioso Premio de Literatura Europeo por considerarla blasfema. Saramago, ateísta, describe en su libro a Cristo como una persona común que llega a dudar de su fe. “Si esto hubiese ocurrido durante la dictadura de Salazar, lo habría entendido.

Pero así, en tiempos de democracia, lo consideré humillante”, dijo entonces. Descepcionado y triste, el escritor decidió abandonar su país. Nacido el 16 de noviembre de 1922 en el seno de una familia humilde en el pueblo de Azinhaga, cerca de Lisboa, Saramago se dedicó de lleno a la literatura cuando ya rondaba los 40 años.

Después de abandonar el colegio porque la familia necesitaba dinero, trabajó primero como cerrajero mecánico y después como dibujante técnico, funcionario público, empleado en una editorial y periodista.

En 1966 aparecía su primera obra, “Os poemas possiveis” (Los poemas posibles). La fama le llegó a mediados de la década de los 80 con novelas como “El año de la muerte de Ricardo Reis”, “Memorial del Convento” y “La balsa de piedra”, obras de marcada temática histórica.

Su narrativa se caracteriza por el uso de la metáfora y un lenguaje que roza lo barroco. “Pese a todo creo haber sido capaz de construir una obra digna”, dice este escritor de abuelos labradores y padre policía que nunca contó con los recursos para terminar el bachillerato o comenzar una carrera universitaria y que en 1998 se convirtió en el hasta ahora único Premio Nobel de Literatura de su país. DPA


Nace José de Sousa Saramago, Premio Nobel de Literatura en 1998

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.Escritor, periodista y dramaturgo portugués.Su primera gran novela fue Levantado do chão (1980), un retrato fresco y vívido de las condiciones de vida de los trabajadores de Lavre.
José de Sousa Saramago nació el 16 de noviembre de 1922 en el caserío de Azinhaga (municipio de Golegã, en el distrito central del Ribatejo, Portugal), cerca del río Tajo, a 120 km al noreste de Lisboa.
Familia
Sus padres fueron José de Sousa y Maria de Piedade, una pareja campesina sin tierras y de escasos recursos económicos. Este origen marcaría profundamente el carácter y la ideología del escritor. El apodo de la familia paterna era Saramago (nombre de una planta herbácea silvestre de la familia de las cruzáceas). El bebé debería haberse llamado José Sousa, pero el funcionario del registro civil cometió un "lapsus calami" (‘error de pluma’) y lo anotó como José «Saramago». El registro oficial menciona el día 18 de noviembre, aunque fue el 16.

En 1924, la familia de Saramago se mudó a Lisboa, donde su padre comenzó a trabajar de policía. Pocos meses después de la mudanza, falleció su hermano Francisco, dos años mayor. Saramago nunca perdió su relación con su aldea de nacimiento, donde fueron numerosas sus estancias.

En 1934, a la edad de 12 años entró en una escuela industrial. En aquellos años incluso los estudios técnicos contenían asignaturas humanísticas. En los libros de texto gratuitos de aquellos años Saramago se encontró con los clásicos. Incluso hoy en día puede recitar de memoria algunos de esos textos.

Aunque Saramago era buen alumno, no pudo finalizar sus estudios porque sus padres ya no pudieron pagarle la escuela, por lo que para mantener a su familia Saramago trabajó durante dos años en una herrería mecánica. Mientras tanto, sin guía alguna, se leyó toda la biblioteca pública de su barrio.

Pronto cambia de trabajo y comienza a trabajar de administrativo en la Seguridad Social. Tras casarse en 1944 con Ilda Reis, Saramago comienza a escribir la que acabará siendo su primera novela: Terra de pecado, que se publicó en 1947 pero no tuvo éxito. Ese año nació su primera hija, Violante. Saramago escribió una segunda novela, Claraboya, pero directamente nunca fue publicada. Por espacio de veinte años no se volvió a dedicar a la literatura. «Sencillamente no tenía nada que decir y cuando no se tiene nada que decir lo mejor es callar».

Entra a trabajar en una compañía de seguros. Simultáneamente colabora como periodista en Diário de Notícias, un periódico de alcance nacional, pero por razones políticas pronto es expulsado. Luego, colaboró como crítico literario de la revista Seara Nova y fue comentarista cultural. Formó parte de la primera dirección de la Asociación Portuguesa de Escritores, y también desempeñó la subdirección del Diário de Notícias. Desde 1976 se dedica exclusivamente a su trabajo literario.

Sufrió censura y persecución durante los años de la dictadura de Salazar. Consigue trabajo en una editorial (donde trabaja durante doce años). En su tiempo libre traduce: Maupassant, Tolstoi, Baudelaire, Colette…

En 1969 se hizo miembro del Partido Comunista Portugués (cuando éste todavía era clandestino). Ese mismo año se divorcia de Ilda y abandona su trabajo en la editorial para dedicarse plenamente a vivir de la escritura, bien como articulista, bien como novelista. En 1970 publica Probabelmente alegria Entre 1972 y 1973 fue redactor del "Diário de Lisboa". En 1974 se sumó a la llamada "Revolución de los Claveles", que llevó la democracia a Portugal. En 1975 publica O Ano de 1993.

Levantado do chão
Su primera gran novela fue Levantado do chão (1980), un retrato fresco y vívido de las condiciones de vida de los trabajadores de Lavre, en la provincia de Alentejo. Con este libro Saramago consigue encontrar su voz propia, ese estilo inconfundible, límpido y casi poético que lo distingue. En los siguientes años, Saramago publica casi sin descanso: Memorial do convento (1982), donde cuenta las más duras condiciones de vida del pueblo llano en el oscuro mundo medieval, en épocas de guerra, hambre y supersticiones.

Este libro fue adaptado como ópera por Azio Corghi, y estrenado en el Teatro de la Scala de Milán, con el título de Blimunda (el inolvidable personaje femenino de la novela). También Corghi adaptó su obra teatral In nómine Dei, que con el nombre de Divara fue estrenada en Munster. De Azio Corghi es también la música de la cantata La muerte de Lázaro, sobre textos de Memorial del convento, El Evangelio según Jesucristo e In nómine Dei. Fue interpretada por vez primera en la iglesia de San Marco, de Milán.

En 1984 Saramago publica O ano da morte de Ricardo Reis y en 1986 A jangada de pedra (La balsa de piedra), donde cuenta qué sucedería si la península ibérica se desprendiera del continente europeo. Ese año (cuando tenía 63 años) conoce a su actual esposa, la periodista española Pilar del Río, nacida en Castril,Granada quien finalmente decide convertirse en su traductora oficial de castellano.

La novela El Evangelio según Jesucristo (1991) lo catapulta a la fama a causa de una polémica sin precedentes en Portugal (que se considera una república laica), cuando el gobierno veta su presentación al Premio Literario Europeo de ese año, alegando que “ofende a los católicos”. Como acto de protesta, Saramago abandona Portugal y se instala en la isla de Lanzarote (Canarias).

En 1995 publica una de sus novelas más conocidas, Ensayo sobre la ceguera. En 1997 publica su novela Todos los nombres, que gozó también de gran reconocimiento. En 1998 gana el premio Nobel de literatura, convirtiéndose en el primer escritor de lengua portuguesa en ganar este premio. Desde entonces comparte su residencia entre Lisboa y la isla canaria, participando en la vida social y cultural de ambos países cuyas estrechas relaciones justificó en una entrevista para proponer su idea utópica de creación de una Iberia unida [1] .

Saramago tiende a escribir oraciones extensísimas, usando una puntuación que a primera vista puede parecer incorrecta: no delimita los diálogos, crea oraciones de más de una página de longitud mediante el uso de comas donde otros autores hubiesen usado puntos, y muchos de sus párrafos son tan largos como los capítulos de la mayoría de escritores.

Varios críticos han señalado el parecido de este estilo con cierta oratoria religiosa. En sus novelas suele introducir divagaciones y reflexiones personales de muy diverso tipo, donde realiza un análisis crítico de distintos aspectos de la realidad. Sorprendentemente, el lector no tiene muchas dificultades en adaptarse a leer su estilo de prosa único.

Sus novelas denuncian procesos de decadencia en la sociedad actual, pero siempre hay algún personaje que de forma excepcional actúa contra corriente con valentía en aquello que está a su alcance, sin demasiada heroicidad y a veces rozando el patetismo. Según el escritor, son estas excepciones las que hacen que el mundo sea habitable.