Saturday, May 31, 2008

Literatura de las “pasteras”

Servicios Google/Noticias Aliadas, Ar, Ur.

Conflicto por fábricas de celulosa impulsa producción de libros y hasta de una película

La polémica abierta entre Uruguay y Argentina por la instalación de una planta de celulosa en territorio uruguayo ha trascendido a los gobiernos y a los vecinos de Fray Bentos y Gualeguaychú —ciudades enfrentadas geográficamente y ahora también por el potencial efecto contaminante de la fábrica— y se ha manifestado en una vasta producción literaria, en la realización de una película y en la aparición de un videojuego de claro corte xenófobo.

El conflicto se desató a finales del 2004, cuando el gobierno del entonces presidente uruguayo Jorge Batlle Ibáñez (2000-2005) autorizó a la finlandesa Botnia y a la española Ence la construcción de sendas plantas productoras de celulosa, conocidas como “pasteras”, sobre la margen oriental del río Uruguay —que delimita la frontera entre ambos países—, en las afueras de la ciudad de Fray Bentos.

Desde aquel momento la población argentina de Gualeguaychú —240 km al norte de Buenos Aires, en la provincia de Entre Ríos— se constituyó en asamblea, denunció el posible daño medioambiental de los emprendimientos y, tras varias interrupciones del tránsito por el puente binacional, realiza desde el 20 de noviembre del 2006 un corte permanente de esa vía con el objetivo de impedir el comercio y el flujo turístico hacia Uruguay.

Después de instalar el tema en la agenda política del país y, sobre todo, en la agenda del gobierno argentino, los asambleístas se trazaron el objetivo final de desactivar los proyectos fabriles, una meta que al principio recogió simpatías pero que desde noviembre del 2007, cuando Botnia empezó a producir al máximo de su capacidad, pocos suscriben por la irrealidad de la demanda.

Veintena de títulos
Humor y denuncia, novela y ensayo, la “literatura de las pasteras” comprende todos los rubros y ha llevado unos 20 títulos a las librerías, a los que deben sumarse decenas de informes y análisis científicos realizados por las universidades de ambos países y otros ámbitos académicos. En general, se trata de tiradas de entre 1,000 y 3,000 volúmenes que se venden a un precio en torno a los US$10 por ejemplar.

“Mi libro es una sátira sobre una situación absurda en extremo, es una novela rioplatense sobre una guerra idiota, sobre una guerra que no entraba ni entra en los cálculos de nadie, ni del más loco escritor de ciencia ficción, pero donde sin embargo están presentes los peores vicios de la guerra y, en especial, el nacionalismo exacerbado”, dice el humorista argentino Santiago Varela, autor de La guerrita, el primer libro de la “literatura pastera”.

En el otro extremo y con un riguroso tratamiento científico, pero coincidiendo en que un enfrentamiento entre argentinos y uruguayos sería la negación de la rica historia común de los dos pueblos, el politólogo Vicente Palermo y el geógrafo Carlos Reboratti reúnen las investigaciones propias y de otros ocho académicos de Argentina, Uruguay y Brasil para hacer de Del otro lado del Río, el más enjundioso de los libros editados en Buenos Aires.

Desde Uruguay, los títulos más significativos son la investigación Crónica del ocaso, de Hernán López Echagüe, y una novela breve de Javier Volonté, un vecino de Fray Bentos que hizo con Tres de Enero sus primeras armas en la literatura pero que logró un emotivo texto que muestra cómo la instalación de la planta de celulosa destruyó el histórico vínculo de amistad y familia que existía entre los pobladores de su ciudad y Gualeguaychú.

López Echagüe describe cómo viven los habitantes de las zonas rurales de los dos países —“la devastación que producen las fábricas e industrias del papel en el hábitat de las familias del campo”— y, en el prólogo, se lamenta de que Crónica del ocaso sea un libro “tardío” y se arrepienta “de no haberlo escrito antes, a mediados de 1985, cuando se aprobaron las leyes forestales en los dos países y empezó la plantación masiva de eucaliptos”.

Si bien la “literatura pastera” ha dado títulos poco ingeniosos —Chimeneas de Fray Bentos y Chimenea en Fray Bentos, por ejemplo— y hasta oportunistas —El medio ambiente no le importa a nadie. Bestialidades ecológicas en la Argentina: del Riachuelo a las papeleras, de Sergio Federovisky, que incluye un último capítulo sobre Botnia que, en todo caso, correspondería a una bestialidad uruguaya—, la parte triste de la historia llega de la mano del cine y del vídeo.

Controvertido documental
En un momento de tensión, y cuando en ambas márgenes surgían sectores de la derecha política interesados en exacerbar los sentimientos nacionalistas, el argentino Eduardo Montes Bradley realizó “No a los papelones”, un provocativo documental plagado de conceptos insultantes hacia la población de Gualeguaychú, que nunca llegó a ser exhibido en las salas del circuito comercial argentino.

El documental califica a los pobladores de Gualeguaychú de cómplices de la contaminación de otras siete pasteras instaladas en territorio argentino y sobre el río Paraná, el gran curso de agua que delimita por el oeste a la provincia de Entre Ríos (donde está enclavada Gualaguaychú).

“Si bien fue un claro y condenable acto de censura de las empresas distribuidoras, ese sentimiento nacionalista herido llevó a que todos asumieran un silencio cómplice —ningún medio de prensa, ningún crítico de arte, ninguna entidad estatal o privada argentina, nadie condenó esa conducta antidemocrática— y la película sólo se conoció a través de una proyección en el exclusivo balneario uruguayo de Punta del Este”, dijo el humorista y escritor Santiago Varela.

En una instancia de nacionalismo extremo, un videojuego de autor anónimo tuvo buen éxito de ventas a través de Internet, al proponer a los uruguayos que con una ametralladora virtual eliminaran a todos los asambleístas de Gualeguaychú que desde hace 19 meses interrumpen el tránsito de personas y bienes a través del puente binacional.

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