Friday, October 26, 2007

“Me he convertido en una militante de la literatura”

Servicios Google/Milenio. Mx.

Entrevista: Cristina Rivera Garza. Escritora
La escritora y columnista de MILENIO aborda el proceso literario que condujo a la publicación de su más reciente novela La muerte me da.
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Hasta ayer a mediodía, nadie le había preguntado a Cristina Rivera Garza (Matamoros, 1964) acerca del multicitado Caníbal de la Guerrero. Con todo y que su nueva novela, La muerte me da, desarrolla en los tonos característicos del género negro indagaciones acerca del hallazgo del cadáver castrado de un hombre joven. “Estoy convencida de que la realidad supera a la ficción –dice la autora de la columna “La mano oblicua”, que se publica en MILENIO–, pero el hecho de que la noticia coincida con la circulación de esta novela me ha puesto en shock”.

“Es un caso para seguirse, como el de otros quienes han estado en la literatura y el asesinato a la vez, y tiene que ver con la fragmentación, un recurso no sólo estilístico y de moda sino más cercano a las maneras de experimentación del ser humano en el mundo contemporáneo”, añade la también autora de Nadie me verá llorar y Lo anterior.

¿Cómo se desdobla la novelista ante sus roles de escritura y promoción de la lectura?

Son cosas distintas. En el camino de la escritura La muerte me da es hasta donde voy, y me he seguido la huella. Está en ella todo lo que sé hacer. Entiendo por otra parte que vivimos en un país donde los índices de lectura son alarmantemente bajos y de ahí la existencia de esfuerzos de todo tipo. Sin embargo, ambas facetas son parte de lo mismo: uno escribe libros para que se lean, y aun cuando las tareas de un promotor cultural no las sepan hacer todos, me he convertido en una militante de la literatura y participado de manera entusiasta en muchos esfuerzos.

Hasta hace un tiempo, escribir y publicar thriller en México no era del todo bien visto. Cierta crítica colocaba lo realizado por debajo de lo literariamente correcto. ¿Lo haces sin rubor alguno?

En este libro hay muchas vueltas de tuerca y subversiones internas; ciertamente se juega mucho con los elementos del thriller, desde el punto de vista de sus personajes y trama, fundamentalmente. Pero también es un libro que por su propia naturaleza, al darse la vuelta y criticarse a sí, tampoco los respeta. Hablamos de un thriller peculiar. Hay un detective y asesinatos que ocurren en el cuerpo masculino como el sitio de la violencia y a través de cortes peculiares y significativos, como es el de la castración. Esto mismo trata de encarnarse en la forma de la novela. De entre las cosas que como autora soy conciente está el tránsito del corte del cuerpo al corte de la escritura, y convertirlo en eje a partir del cual se entretejen las acciones novelísticas. Esta es una preocupación deliberada y conciente. En La muerte me da el fragmento es motivo de curiosidad y exploración, entendido aquél como parte intrínseca de la condición humana en la época contemporánea.

Fragmentación y desdoblamientos, ¿no serían antesala de multiplicidad de personalidades y hasta de esquizofrenia?

Los riesgos son muchos, no sólo ésos. También los de superficialidad y violencia. Todos forman parte de los elementos estratégicos de la novela. Cuando hablamos de fragmentos no lo hacemos de cachitos de novela sino de una manera de posicionarse en el mundo e interactuar que incluye simultaneidades. Todavía no hemos visto bien las consecuencias de la experiencia fragmentaria (no únicamente en el ejercicio estilístico, sino de nuestra vida cotidiana) y la novela es una manera de poner en la escena algunas de ellas.

¿Cómo hace la novelista para estar en una parte del hecho literario sin dejar de estarlo en otra?

¡Hay cinco ventanitas en la pantalla de la computadora...! (Risas). La escritura misma es una forma de no estar. Están además otras tecnologías de afantasmamiento.

Las referencias plásticas y literarias son un referente en tu escritura y en especial en La muerte me da, trampolín de un experimento metaliterario...

Me interesa mucho el mundo de las artes visuales, campo en el cual se están haciendo una serie de reflexiones que llegan después y de manera más lenta a la literatura. Me he vuelto una observadora atenta de ese otro mundo y sus preguntas, sobre todo en términos de representación y de presencia-ausencia. Esa forma de interrogación me inquieta mucho, de ahí la constante relación. Tengo también, a nivel más personal, una especie de admiración puntual por quienes hacen esas cosas. Yo me la paso en una pantalla escribiendo, pero reconozco la existencia de otro mundo, el de las cosas que se tocan y tienen un lugar sólido en la vida cotidiana. Siempre he querido hacer algo al respecto, y pienso que esta novela puede ser una manera de interactuar de manera más cercana con esas disciplinas. Los intersticios y las colindancias que se generan en los distintos géneros y disciplinas es algo que me interesa mucho y a como voy me seguirá interesando.

La muerte me da (Tusquets) se presentará el próximo jueves a las 14:00 horas en la Universidad Iberoamericana; el martes 30 a las 11:30 en el ITESM (Campus Toluca) con los comentarios de Ciro Gómez Leyva; y el miércoles 31 a las 19:00 horas en Casa Refugio Citlaltépetl con la presencia de Ana Clavel, Rogelio Cuéllar y Luis Felipe Fabre.

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