Saturday, October 13, 2007

Soler narra 'el exilio dentro del exilio' de catalanes en la selva mexicana

Servicios Google/Terra, España

Huida desde la España de Franco a la selva mexicana de Veracruz, una familia catalana de exiliados republicanos que 'acabó siendo de ninguna parte' protagoniza 'La última hora del último día', la nueva obra autobiográfica del escritor Jordi Soler, nacido en México en 1963 y afincado en Barcelona.

El Barca de Johan Cruyff y las canciones de Serrat eran las únicas señas de identidad de esta familia, que tras más de 30 años de exilio al otro lado del Atlántico, no se sentía 'ni catalana, ni española, ni mexicana', dijo Soler en una entrevista con Efe.

Este 'pequeño relato sobre una tribu de exiliados' de la guerra civil es 'una metáfora del gran desencuentro histórico entre España y México', explicó Soler, que retoma en esta novela parte de la historia familiar que ya abordó en 'Los rojos de ultramar', su anterior obra.

'Me considero hijo de España y de México, y creo que a lo largo de cinco siglos ha faltado entendimiento ente los dos países, por desinterés del primero y resentimiento del segundo', afirmó Soler.

A caballo entre lo salvaje y la vida occidental, Soler nació y pasó su infancia en la colonia de 'La Portuguesa' como 'un niño de la selva y de la (barcelonesa) calle Montaner', pues su hogar en plena jungla contaba con lujos como la televisión, el jamón o el vino español, que la familia se permitía 'por nostalgia'.

Soler, que también ha ejercido como diplomático en Irlanda y periodista radiofónico en México, se definió como un escritor 'medio catalán que escribe en castellano', y dijo que su experiencia vital le hace dudar 'constantemente' sobre su verdadero origen.

Así, 'La última hora del último día' trata sobre 'el exilio dentro del exilio', pues para los protagonistas no sólo es imposible regresar a España tras la guerra, sino que además sufren el rechazo de los nativos, que los ven 'como a descendientes de Hernán Cortés, representantes de la conquista y de la opresión.'

Con referencias a 'El corazón de las tinieblas' de Joseph Conrad, la novela evoca también el 'opresivo efecto de la selva' sobre los personajes, en una trama construida alrededor de una tragedia final, ya apuntada desde el comienzo de la obra.

Es el propio autor quien relata, en primera persona y con una narrativa 'similar al fluir de los recuerdos', la fatídica historia del cafetal de 'La Portuguesa', en la que tendrá un papel destacado Marianne, una miembro de la familia que sufre una enfermedad mental.

Para Soler, la literatura permite 'ordenar la realidad' de una forma que no puede hacerlo la historia, de modo que una novela 'puede ser tan útil para recuperar la memoria' como la Ley de la Memoria Histórica.

Asimismo, el autor se refirió a la Feria de Fráncfort, que comenzó el pasado martes con la literatura catalana como invitada de honor, participación ésta que estuvo 'mal explicada, pues no se dijo desde el principio que era exclusivamente para los autores que escriben en catalán'.

Aunque considera la feria como un 'buen espacio y un interesante foro para la difusión de la literatura catalana', Soler objetó que inicialmente 'todos los escritores catalanes se sintieron invitados, para ser luego excluidos aquellos que escribían en castellano'.

El también autor de novelas como 'Bocafloja' o 'Nueve Aquitania' lamentó que de Fráncfort sean excluidos escritores como Eduardo Mendoza, Juan Marsé y Enrique Vila-Matas, pues 'sin ellos no se puede entender la literatura catalana', y achacó esta ausencia a la 'politización' del evento.

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